Nacido en Michigan (Estados Unidos) en 1947, es el autor de los principales conceptos modernos sobre estrategia competitiva.
“Las cinco fuerzas de Porter” es un modelo estratégico que el escritor ha divulgado por más de 20 años. Allí se concentran conceptos como el poder de negociación que deben tener los compradores y los vendedores, la amenaza frente a nuevos actores y los productos sustitutos y la rivalidad entre competidores.
“No alcanza con ser eficiente. Hay que crear valor agregado siendo consciente de que somos parte de una sociedad, y que sin ella no podrá crecer mi negocio”, explica.
En la actualidad no hay que centrarse en el mercado para lograr el éxito. Hay que ampliar la mirada pensando en la comunidad a la cual vendemos nuestros productos. Los empresarios deben tener conciencia en las necesidades de la sociedad. Ahí está la clave para que una empresa pueda incrementar sus ganancias.
En esas necesidades se condensa la importancia de la estrategia que debe tener una empresa. “La estrategia es el camino para ser únicos”, certifica Porter. Eso nos permitirá dos cosas: primero, hacer las cosas de la mejor manera posible. Segundo, hacer que esas cosas sean únicas y sostenibles en el mercado.
Para perdurar en el mercado, se debe tener en cuenta el concepto de “valor compartido”, que es la necesidad inmediata que tienen las empresas para evolucionar. Debemos pensar en el impacto comercial por sobre las acciones de marketing, dice Porter.
En el valor compartido hay que repensar la necesidad del cliente, redefinir la reproductividad en la cadena de valor y facilitar el desarrollo de “clusters” locales que contemplen las necesidades de las comunidades a la cuales se dirige un producto determinado.
Los “clusters” son concentraciones geográficas de empresas, instituciones y universidades que comparten un interés en común por un sector estratégico. Impulsar la innovación, mejorar la competitividad y promover al sector son algunas de las premisas de estos conglomerados, que se encuentran en varios países de Europa, en Estados Unidos y que se ha comenzado a aplicar en Latinoamérica.
El pensamiento de Porter está orientado a que las empresas tengan una mirada integral, que les permita solucionar aquellos problemas sociales que ni los gobiernos ni las organizaciones no gubernamentales pueden lograr.
Para él dicha mirada integral implica un acercamiento entre el empresario y la gente, diversificando los mercados y apuntando a cada necesidad del consumidor. Si el empresario lo consigue, expanderá sus ganancias.
Porter considera que las economías emergentes van a liderar el mercado del futuro. China, India y América Latina (en especial Brasil) son algunos de los ejemplos que destaca Porter. Se trata de países productores de materias primas con grandes posibilidades de expansión, pero que necesitan de reformas políticas y económicas adecuadas para que la competitividad aumente.
Para los países desarrollados el objetivo es similar. Los emprendedores deben aplicar políticas cercanas a las necesidades de la región para lograr un nuevo modelo de negocios, menciona Porter.