Con una combinación de economía saludable, recursos humanos calificados, abundantes y atractivos fiscales, la provincia de Córdoba, en Argentina, se presenta como un centro de atracción para las industrias tecnológicas.
En otro capítulo de la vieja puja que mantiene con Buenos Aires para captar inversiones generadoras de valor agregado, la provincia mediterránea ya cuenta con 250 empresas de alta tecnología radicadas en su territorio.
Según el gobierno, solo Motorola, EDS e Intel han aportado unos 50 millones de dólares desde 2001, y piensan llegar a los 200 en los siguientes cinco años.
Córdoba ya tiene todo un “Cluster” (agrupación de empresas) que se considera el más dinámico de Latinoamérica, aprovechando tanto el contexto internacional favorable al país como el gran porcentaje de estudiantes universitarios de esa especialidad, el más alto de la nación en relación a la cantidad de habitantes. Ya son 14.000 personas las que han encontrado empleo en estos emprendimientos.
Los empresarios del sector radicados allí confían en mantener esas ventajas comparativas, que según ellos los posicionan mejor aún que a la India, considerando la capacitación del personal, las tarifas de servicios y la mayor cercanía y similitud de usos horarios con Estados Unidos, el gran mercado.
También está en curso el “Programa Córdoba System Factory”, con financiamiento gubernamental, destinado a obtener estándares de calidad adecuados a los usos internacionales para los productos, usufructuar una licencia de plataforma unificada para los desarrollos de todas las empresas instaladas de modo que puedan concretar proyectos individuales o partes de un proceso mayor que englobe a más de una con confiabilidad, y aprovechar el apoyo que le otorgan todas las Universidades públicas y privadas de la provincia. Precisamente una de ellas, la privada Blas Pascal, inaugurará un gran edificio para sus nuevos laboratorios de informática. Lo hace a través de un crédito del FONTAR (Fondo Tecnológico Argentina), dependiente del Ministerio de Educación. En un edificio de 1.047 metros cuadrados se encuentran siete laboratorios de informática, uno de redes, otro de escaneo e impresiones, y más de 200 computadoras de última generación en otros 9 laboratorios individuales.
Las empresas que participan de este programa cuentan con avanzada infraestructura disponible, capacidad financiera propia y aptitud para diversificarse y poder cubrir los requerimientos de todos los mercados en cuanto a variedad de software, plataformas, lenguajes, hardware, interfases, etc.
A todos estos actores hay que sumar el ITC (Instituto tecnológico de Córdoba), una entidad civil sin fines de lucro que desde 2002 viene firmando convenios con corporaciones como Intel, Microsoft e IBM, para ayudar a satisfacer las necesidades tecnológicas de la sociedad y colaborar en el desarrollo de soluciones informáticas que reporten ingresos, produzcan conocimiento colectivo e integren a los distintos estamentos sociales. Quieren posicionarse como proveedores de servicios de consultoría, capacitación y asesoramiento de proyectos.
En resumen, en Córdoba se confía profundamente en que la conjunción de costos muy competitivos internacionalmente, abundante y calificado capital humano, e interacción bien coordinada entre los sectores privados, públicos y académicos den por resultado el reconocimiento internacional de la provincia como gran competidora en el complejo mercado mundial de la informática.