Horarios, malas relaciones y rutina podrían favorecer las drogodepencias. Un estudio aboga por no despedir al drogadicto y ayudarle.
Horarios excesivos y turnos inadecuados, malas relaciones, fatiga y tensión, insatisfacción o la rutina no dejan inmunes a los trabajadores. El 67% de los asalariados opina que las condiciones laborales inciden en los índices de consumo de droga. El porcentaje es un 62% mayor que hace 18 años (5%), según el estudio La percepción y actitud de las empresas españolas ante el alcohol y otras drogas presentado ayer por CCOO y la Universidad Complutense de Madrid.
Los trabajadores también citan como otros factores condicionantes de drogodependencias la situación sociofamiliar, la de la propia persona y los efectos que produce la sustancia consumida.
La investigación, realizada en 323 empresas mediante 803 entrevistas en los años 2005 y 2006, compara la situación con otra realizada en 1988 y constata que ha aumentado el número de empresas que se plantean el problema del alcohol y otras drogas y que han disminuido las posibilidades de consumir alcohol durante la jornada laboral y la tolerancia. Así, aunque el 57% de los trabajadores admite que su empresa es tolerante ante los problemas que ocasionan estos consumos, sólo en un 10% de ellas se puede tomar alcohol en cualquier momento. El 70% lo tiene totalmente prohibido.
"Se ha producido una drástica reducción. Para los trabajadores, por las posibles repercusiones en la salud y los conflictos y para los empresarios, por el riesgo de accidentes y disminución del rendimiento", subrayó el secretario confederal de salud laboral de CCOO, Joaquín Nieto.
ENFERMOS Tres cuartas partes de los encuestados está en contra de la aplicación del artículo 54.2f del Estatuto de los Trabajadores que permite sancionar y despedir a los trabajadores en caso que tengan problemas con las drogas y opta por medidas de rehabilitación. "Hay que hacer políticas de rehabilitación. Las políticas represivas están fuera de lugar, las personas drogodependientes son enfermas y necesitan asistencia", reivindicó Nieto.
En 1988 se aplicó en el 1% de los casos de consumo de alcohol y el 12,8% de otras drogas. En los años 2005 y 2006 se han practicado despidos en el 7,2% de los casos de alcohol y en el 2,7% de otras drogas.
La investigación subraya que han aumentado las actuaciones y los programas de prevención de carácter integral, con "muy buenos resultados". El 53% de los trabajadores dependientes tratados están rehabilitados y han vuelto a sus empresas. Según Joaquín Nieto, esta mayor importancia a la rehabilitación se plasma en que el 70% de los directivos de recursos humanos se muestra dispuesto a contratar a un exdrogodependiente.