Inteligencia e intelecto

La capacidad para absorber nuevo conocimiento o conocimiento fresco se llama ‘udana’. Esta capacidad se eleva al máximo en la infancia y va decreciendo a medida que envejecemos. A lo largo de la vida este proceso de absorción nos ayuda a obtener información, conocimiento e inteligencia. Pero la inteligencia adquirida no hace pensar libremente o razonar de forma independiente.  La udana no construye el intelecto. No hay causa o efecto relacionado entre la inteligencia y el intelecto. Irónicamente todo el mundo quiere ser más inteligente pero el intelecto se mantiene pobre, sin desarrollar. Hoy en día es todo inteligencia, nada de intelecto. Esto explica por qué millones de todos los médicos graduados de las universidades de todo el mundo, sólo un pequeño grupo han demostrado ser excepcionales, inteligencia-intelectoextraordinarios en sus investigaciones y descubrimientos, como aquellos que han descubierto técnicas sutiles para realizar transplantes de órganos exitosos o medicamentos para salvar vidas.
En cuanto a los ingenieros graduados de todo el mundo sólo unos pocos son extraordinarios. Son un pequño grupo aquellos que produjeron maravillas como el Canal de Panamá, el Golden Gate,  o el Túnel Euro Channel. En el campo de las leyes ocurre lo mismo; sólo algunos abogados prodigiosos, eclipsan a los más reputados abogados.
La diferencia yace en la fuerza del intelecto conformado por el desarrollo de la capacidad de pensar y de la abundancia de conocimientos. El poder de un intelecto bien desarrollado versus un nivel de inteligencia promedio, es un mero acopio de conocimientos.
Toda la inteligencia que la gente lleva sin el intelecto para aplicarlo en la vida equivale a barras de oro en la espalda de una mula. La inteligencia actúa como los caballos de fuerza de un coche y el intelecto, es el volante que controla y dirige.
La práctica del intelecto acerca al ser humano a la perfección. El pensamiento debe ser desarrollado como la práctica del violín o del piano. Es necesario entender que el desarrollo de la facultad de pensar, de razonar,  es necesaria ponerla en práctica activamente, ya que damos por sentado que el acto de pensar es natural. Se debe dedicar tanto tiempo y esfuerzo a adquirir nuevos conocimientos como si se fuera a aprender cualquier otro arte o habilidad.
La facultad de pensar y de razonar es una prerrogativa humana.  El intelecto hace que un ser humano sea el responsable de la creación, pero la mayoría no son conscientes de esta situación.

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Autor: Dr. Vinod K.Anand, durante 45 años fue docente investigador en Teoría Económica, Economía Cuantitativa, en diversas universidades de Estados Unidos. Su último puesto fue en laNational University of Lesotho (África) de 2006 a 2008.

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