China es el país con mayor movimiento migratorio del mundo. Hay unos 277 millones de trabajadores migrantes rurales en China, (casi tantos como los que hay en todo el mundo) que representan más de un tercio de la población activa total. Los trabajadores migrantes han sido el motor del espectacular crecimiento económico de China durante las últimas tres décadas, pero siguen siendo marginados y sujetos a una discriminación institucionalizada. Sus hijos tienen un acceso limitado a la educación y la asistencia sanitaria y pueden ser separados de sus padres durante años. El gobierno chino exige un gran papeleo para otorgar un hukou o permiso de trabajo y residencia para los trabajadores rurales. La política china con los migrantes rurales es bastante dura: los consideran como si fuesen de otro país. Deben tener permiso de residencia renovable en las ciudades, para poder trabajar. Cuando termina el permiso de residencia, el trabajador debe migrar o las penas pueden ser desde detenciones hasta la muerte a palos.
El estatus “trabajador rural” es hereditario, aunque nazcan en las ciudades, los hijos de trabajadores rurales serán considerados trabajadores rurales o clandestinos en su propio país. El sistema de pasaporte interior, el hukou, asegura al Estado una gran oferta de mano de obra de baja calificación siempre disponible ya que nunca terminan por convertirse en habitantes de las urbes con todos los derechos que gozan los urbanitas.
A diferencia que en los países occidentales cuyos trabajadores rurales con los años adquieren un estatus de urbanita o semi-urbanita emulando constumbres de los habitantes de la ciudad y con el paso del tiempo, evitando trabajos de baja calificación que antes realizaban. El sistema de hukou que ha sido denunciado por numerosas asociaciones internacionales de derechos humanos, sigue firme y atrae la inversión extranjera gracias al bajo coste de la mano de obra china clandestina. China es el país con el PBI anual más elevado del mundo.
La inmensa mayoría de los trabajadores migrantes rurales son ocupados en empleos de baja calificación en la industria manufacturera, la construcción y los servicios. Cerca de la edad de jubilación son expulsados de la última ciudad donde han trabajado y vuelven a pasar la vejez al campo.
Los migrantes rurales ocupan los siguientes empleos en la ciudades:
Fábricas: 31%
Construcción: 21%
Ventas: 12%
Servicio doméstico: 11%
Transporte y Logística: 6%
Hotelería y catering: 6%
Otros: 13%
Las implicancias de las políticas sociales y laborales chinas son importantes no sólo por el impacto interno sino también en cómo afecta y modela la economía mundial. Miles de empresas han migrado a China en las últimas décadas a fin de producir bienes a bajos costos. El desempleo provocado en muchos países occidentales por la relocalización de fábricas en China ha traído consencuencias económicas y sociales en muchos países. ¿Qué ocurrirá con las nuevas políticas de países como Estados Unidos durante la era Trump desinvierten en China? ¿Qué pasará con los migrantes rurales si la mayoría del trabajo en China se concentra en las ciudades y en las fábricas?.