El liderazgo es uno de los conceptos más difíciles de definir. Según varios autores, por ejemplo hace cuatro décadas Stogdill (1974) dijo que “hay tantas definiciones diferentes de liderazgo como personas que han tratado de definir el concepto”. Bennis y Townsend en 1995 afirmaron que existen al menos 650 definiciones de liderazgo en la literatura. El número parece haber aumentado, y Kellerman en una entrevista con Volkmann (2012) comentó: “Tengo entendido que existen al menos 1400 definiciones diferentes de las palabras líder y liderazgo”.
Si bien estos números pueden ser reales o exagerados, significan que no hay un consenso sobre qué es liderazgo y la búsqueda de una mejor definición aún continúa.
Diversas reflexiones y definiciones de liderazgo
McCleskey (2014) citando a Bass (2008) y otros autores, argumenta que la búsqueda de una definición única de liderazgo puede ser en vano ya que la definición correcta de liderazgo depende del interés del investigador y del tipo de problema o situación que se está estudiando.
Es importante tener una buena definición de liderazgo. Es uno de los términos más utilizados en muchas áreas de la actividad humana, incluídas las Fuerzas Armadas, los negocios, la política, la religión, los deportes, etc. Cada año se publican decenas de libros y miles de artículos sobre el liderazgo. Millones de dólares son invertidos por organizaciones que tratan de desarrollar a sus futuros líderes. Pero si nadie sabe exactamente lo que es el liderazgo es todos esos esfuerzos podrían ser sin sentido.
Durante muchos siglos, el liderazgo fue visto como una cualidad personal. Confucio, el gran pensador chino que vivió hace unos 2.500 años, no propuso ninguna definición de liderazgo sino insistió en el necesidad de que los líderes sean virtuosos y velen por la gente que los rodea. Para él, un el principal propósito del líder es servir al pueblo (Confucio, circa 475 AC / 1998). Para Platón, que muchos reconocen como el padre fundador de la filosofía, el líder debe ser sabio. Maquiavelo en 1513 afirmó que el líder debe tener virtudes y ser lo suficientemente inteligente para tener el apoyo del pueblo.
En el siglo XIX Carlyle resumió las ideas recurrentes sobre liderazgo. Para él, los líderes eran personas o héroes excepcionales que fueron capaces de usar su carisma, inteligencia, sabiduría y habilidad política para tener poder e influencia sobre las personas.
La II Guerra Mundial comenzó una nueva tendencia. Stogdill (1950) definió el liderazgo como “el proceso (acto) de influir las actividades de un grupo organizado en sus esfuerzos hacia el establecimiento de metas y el logro de metas Este fue quizás el primer esfuerzo para señalar que el liderazgo no era un mero rasgo individual, sino un
proceso de influencia sobre los otros. Stogdill también definió el propósito de ese proceso: “el establecimiento de objetivos y logro de metas”.
Tannenbaum, Weschler y Massarik (1961) continuaron en la misma línea de Stogdill definiendo como la “influencia interpersonal, ejercida en una situación, y dirigida, a través del proceso de comunicación, hacia el logro de una meta o metas especificas “.
Kotter (1988) agregó un nuevo punto de vista cuando definió el liderazgo como “el proceso de mover un grupo (o grupos) en alguna dirección a través de un medio coactivo”. Esta definición, establece el uso de medios coercitivos para ejercer el liderazgo pero no se asemeja al verdadero liderazgo, ya que los seguidores lo hacen voluntariamente. No todos los estudiosos están de acuerdo con esta distinción; por ejemplo, Kellerman insistió en que el uso de la fuerza es también es liderazgo (Volckmann, 2012).
En la década de 1990, los pensadores de liderazgo comenzaron a dar importancia a los seguidores en el liderazgo
proceso. Bass (1990) estableció un avance en este campo cuando se señaló que el liderazgo no era sólo un proceso de influencia del líder sobre otros sino un proceso de interacción que podría ser influenciado por cualquier persona involucrada. Para Bass “el liderazgo es una interacción entre dos o más miembros de un grupo que suele implicar una estructuración o reestructuración de la situación y las percepciones y expectativas de los miembros. El liderazgo ocurre cuando un miembro del grupo genera motivación de los demás en el grupo. Cualquier miembro del grupo puede exhibir una cierta cantidad de liderazgo”.
Bempah (2014) mencionó varios otros autores que entre 1992 y 2001 argumentó a favor de un “enfoque, que se oriente hacia la contribución y los roles de los seguidores en el proceso de liderazgo”.
Handy (1992) insistió en la importancia de que el líder establezca una visión y comparta visión con los demás: “Un líder comparte una visión que apunta al trabajo de otros”.
Rost (1993) también enfatizó que el liderazgo era un proceso de relación orientado a objetivos comunes: “El liderazgo es una relación de influencia entre los líderes y seguidores que a cambios reales que reflejen sus propósitos mutuos”.
Bennis afirmó que el liderazgo es “la capacidad de crear una visión convincente y traducir visión en realidades organizacionales”. (Bennis y Townsend, 1995).
Drucker (1996) resumió las ideas del final del siglo XX sobre el liderazgo y proclamó: “La única definición de un líder es alguien que tiene seguidores”.
Kellerman ha expresado que ella visualiza el liderazgo como un triángulo equilátero en el cual los tres lados son: el líder, los seguidores y el contexto (Volckmann, 2012).
¿Qué definición deberían seguir las empresas?
Cada empresa tiene su propia idiosincracia. A menudo las empresas que trabajan fuertemente en encontrar potenciales líderes y desarrollar el liderazgo entre sus colaboradores, comienzan por definir (muchas veces a través del área RR.HH) “a qué llamamos liderazgo”. Los directivos y gerentes suelen realizar grupos de trabajo, de conversaciones para consensuar una única definición de liderazgo, gracias a la cual se guiarán las políticas y programas de la organización.