SEATTLE -El gerente de un restaurante que le dio el día libre a sus 17 empleados para que pudieran asistir el lunes a la marcha por los derechos de los inmigrantes fue despedido. Lo irónico del caso es que él es caucásico y su jefe, el dueño del establecimiento, es hispano.
El gerente del Café Septieme, Vance Wolfe, no hizo ningún arreglo para que algunos de sus empleados mantuvieran abierto el negocio, al menos por unas horas. En cambio, le dio permiso a todo el personal _ incluyendo 10 hispanos _ para que faltaran pensando que el dueño, Víctor Santiago, no podría despedirlos.
"El no preparó ningún horario de trabajo", dijo al diario Seattle Post-Intelligencer Santiago, propietario de dos restaurantes.
Sentado en su otro negocio, La Cocina Santiago, el empresario latino dijo: "¿Para qué querría mantenerlo en un empleo como éste?".
Wolfe, quien trabajó para Santiago durante casi cuatro años y fue ascendido de mesero a gerente cuando su jefe adquirió el Café Septieme hace un año y medio, dijo que Santiago había amenazado con despedir a cualquiera que faltara el lunes, pero prometió pagar extra a quienes sí trabajaran.
Wolfe le informó a Santiago su decisión el sábado por la noche.
"Me despidió por apoyar al personal y por no haberlo apoyado a él", dijo Wolfe mientras caminaba hacia el sitio donde comenzaría la marcha por los derechos de los inmigrantes.
Santiago dijo que a diferencia de lo que ocurrió en el Café Septieme, en La Cocina Santiago ningún empleado faltó o siquiera pidió el día libre el lunes. Una tercera parte de los empleados de La Cocina son parientes de Santiago.
"Yo soy latino. Yo soy hispano", dijo. "Claro que apoyo todo lo que está pasando (las manifestaciones públicas), pero yo soy un hombre de negocios. En cierto modo, estoy en el medio".
Los colegas de Wolfe ofrecieron renunciar colectivamente con la esperanza de lograr su recontratación, pero Wolfe se negó a aceptarlo.*
"No podría estar más orgulloso de ellos", dijo.
Amanda Zumwalt dijo que Wolfe ha sido el mejor gerente que haya tenido en 13 años de trabajo en el restaurante.
Santiago argumentó que él podría haber hecho los arreglos necesarios si el problema se le hubiera presentado con tiempo suficiente como para revisar el programa de trabajo y mantener abierto el restaurante, por lo menos parte del día.
Jeremy Bang, un mesero, dijo que los empleados le avisaron al dueño hace varias semanas que posiblemente nadie acudiría a trabajar el lunes, a lo que él dijo: "Eso no va a pasar en absoluto".
Tras otras discusiones sobre el asunto, el dueño advirtió a los empleados que no retomaran el tema.
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