Hace años que se prevé el aumento del trabajo del conocimiento. La automatización de las fábricas y las granjas hace más de cien años liberó a la mayor parte de la mano de obra de tener que realizar un trabajo físico. Durante el último medio siglo la llegada de los ordenadores y la presencia omnipresente de la información creó una demanda de trabajadores que pudieran producir nueva información, extraer significado de dichos datos y actuar con la información.
El economista Fritz Machlup hizo mucho del trabajo preparatorio inicial sobre el conocimiento; ya en 1958 afirmó que los trabajadores del conocimiento suponían prácticamente una tercera parte de la mano de obra de Estados Unidos y que el sector del trabajo del conocimiento crecía el doble de rápido que el resto de la economía.
A principios del siglo XXI es probable que entre una cuarta parte y la mitad de los trabajadores de las economías avanzadas sean trabajadores del conocimiento cuyas tareas principales impliquen la manipulación del conocimiento e información. Incluso si no son la mayoría de los trabajadores, son los que tienen mayor influencia en sus economías. Son los que tienen mayores ingresos, los que añaden más valor económico y los que más determinan el valor de sus empresas. Las compañías con una proporción elevada de trabajadores del conocimiento (llamémoslas las intensivas del conocimiento) son las que crecen más rápido y las que tienen más éxito en Estados Unidos y en otras economías importantes y han generado la mayor parte del crecimiento de estas economías en las dos últimas décadas. el valor del mercado de muchas empresas intensivas en conocimiento (que incluye la percepción del mercado del valor del conocimiento y de los trabajadores del conocimiento) hace que su valor contable parezca pequeño ya que incluye únicamente activos tangibles (y la relación del valor de mercado y el valor contable de las empresas estadounidenses se ha duplicado en los últimos veinte años, lo que sugiere una gran aceleración del valor activo del conocimiento). Incluso en las denominadas empresas "industriales", el conocimiento se utiliza cada vez más para diferenciar los productos físicos y para avivar la diversificación de servicios relacionados con los productos. Tal y como ha señalado James Brian Quinn, una proporción elevada de los trabajadores de las empresas manufactureras (alrededor del noventa por ciento del sector de los semiconductores, por ejemplo) nunca toca el proceso de manufactura, sino que proporciona servicios basados en el conocimiento como marketing, distribución o servicio al cliente.
Ya es evidente que las empresas con mayor grado y calidad de trabajo del conocimiento tienden a ser las que creen más deprisa y las que tienen más beneficios. Por ejemplo, Microsoft es una de las empresas más rentables de la historia del planeta. Las empresas farmacéuticas no sólo producen tratamientos con medicamentos sofisticados que salvan vidas, sino que también suelen tener márgenes de beneficios elevados. En general, las industrias que crecen tienden a ser las que poseen una proporción elevada de trabajadores del conocimiento.
¿Cuantos hay?
Si tenemos en cuenta las definiciones imprecisas en el mundo del trabajo del conocimiento y de los trabajadores del conocimiento, es imposible especificar cuántos hay en un país en concreto.
De todas formas, independientemente de como se definan, hay muchos trabajadores del conocimiento en las economías avanzadas como Estados Unidos o Europa. Como mínimo, representan la cuarta parte de la mano de obra estadounidense, y como máximo
La Oficina
Gestión
Operaciones financieras y negocios
Informática y matemáticas
Arquitectura e ingeniería
Biólogos, físicos, sociólogos
Ámbito jurídico
Asistencia sanitaria
Servicios sociales y de la comunidad
Educación, formación y biblioteca
Arte, diseño, entretenimiento, deportes, medios de comunicación
Si utilizamos unos criterios de clasificación algo menos conservadores que los míos (por ejemplo, los que incluyen a los trabajadores de oficinas), Rubin y Huber llegaron a la conclusión de que había alrededor de cuarenta y cinco millones de trabajadores del conocimiento en 1980. Según el informe del Departamento de Educación estadounidense, alrededor del veinticinco por ciento de los trabajadores estadounidenses tiene la capacidad de procesar información compleja de forma matemática o verbal y convertirla en conocimiento. Si se emplea otro criterio para denominar a los "trabajadores de la información", en 1977, Marc Porat calculó que estos trabajadores representaban alrededor de la mitad de la mano de obra y que sus ingresos totales superaban a los trabajadores que no estaban relacionados con la información en aquel entonces.
Statics Canadá incluye en la definición ‘trabajadores del conocimiento’ los trabajadores de gestión, profesionales y técnicos y llega a la conclusión de que representaba el 25% de la mano de obra canadiense en el 2001 (mientras que en 1971 el porcentaje era del 14%). En un estudio en más de veintiocho millones de empleos en Reino Unido, se descubrió que el treinta y dos por ciento se basaba en el conocimiento y que se necesitaba un título universitario para desempeñar aquel tipo de tarea.
Los trabajadores del conocimiento que ocupan puestos de gestión sugieren estrategias nuevas; los de I+D e ingeniería crean productos nuevos; los de marketing presentan los productos y los servicios de forma que atraigan al cliente. Sin los trabajadores del conocimiento no habría productos y servicios nuevos ni crecimiento.