¿Qué es un mapa mental?
La polivalencia de esta herramienta hace difícil poder definirla en pocas palabras. Así pues, en un primer momento partiremos de una definición generalizadora:
"El mapa mental representa una jerarquía temporal y arbitraria de vínculos entre diferentes datos, según una arquitectura arbórea cuyo objetivo es estructurar y/o hacer emerger información"
Pertenece a la familia de las herramientas que sirven para visualizar la información. Por tanto, permite a su usuario concentrarse en detalles concretos conservando una visión global. Favorece una comprensión casi instantánea de situaciones complejas.
A pesar de su gran eficacia, su elaboración no requiere más que una hoja de papel y un lápiz. Así mismo, también puede confeccionarse con programas informáticos específicos.
¿Por qué es eficaz?
el mapa nos invita a echar mano de algunos de nuestros recursos que dejamos de lado mucho tiempo atrás por razones de "formateo educativo". A menudo, son los recursos que nos faltan para saber resolver problemas nuevos y comprender un entorno complejo.
Estos recursos son considerados como funciones del hemisferio derecho de nuestro cerebro. Se trata entre otros, de la imaginación, la creatividad, la visión global, la analogía, la espacialización de la información…
Sin embargo, el mapa mental no puede reducirse exclusivamente a estos recursos, ya que por otra parte funciona con el lenguaje, el orden la racionalidad, la lógica…y otras tantas funciones que se considera dependen del hemisferio izquierdo. El mapa es una de las pocas herramientas que combinan la utilización simultánea de nuestros dos hemisferios que condicionan la visión del mundo.
Por otra parte la persona que practica los mapas mentales recupera el placer del descubrimiento cotidiano.
¿Cuál es su origen?
La representación gráfica de la información ya se utilizaba para transmitir conocimientos y emociones mucho antes de la aparición de nuestro sistema de escritura.
Pero hoy en día es el texto, un modo lineal y secuencial de la representación del saber, en el que predomina, mientras que "la imagen espacial y atemporal se relega a una forma accesoria de representación, útil en todo caso para ilustrar y complementar un texto o un libro".(1)
Sin embargo, la representación gráfica ha permanecido como un medio indispensable en áreas complejas como la medicina, que obligan a una visión global e interdisciplinar para conseguir una comprensión y prescripción sagaz.
Leonardo da Vinci, Albert Einstein y otros creadores con talentos múltiples hicieron de la visualización de la información una verdadera herramienta para la formalización de su saber, así como para el descubrimiento de nuevos conocimientos.
Es a partir de 1970, aproximadamente, cuando Tony Buzan modeló y popularizó el método de mapas mentales (Mind Mapping) que participa al mismo tiempo de la toma de notas y de la cartografía de la información.
Poco más tarde, Nancy Margulies hizo evolucionar el método como otros lo siguen haciendo en la actualidad, integrando en él aportaciones derivadas de las ciencias cognitivas, la sistémica, la cartografía e incluso la antropología.
¿Qué usos tiene?
El mapa es una herramienta polivalente al servicio de una competencia a la que optimiza. Cada uno elige el momento, el lugar y el destino de su utilización.
Se recomienda que cuando se empiece a trabajar con los mapas mentales éstos se empleen en provecho de una actividad recurrente (preparar una reunión o una entrevista, hacer la síntesis de una lectura, resolver un problema, elaborar un plan de acción…) para luego ampliar su utilización.
Tomar notas en una situación cara a cara, por ejemplo durante una entrevista, requiere un mínimo de experiencia, ya que la atención que se dedica al empleo de la técnica puede menguar la calidad de escucha.
Contrariamente, una vez que se ha asimilado la técnica, el mapa induce a una escucha activa, aun cuestionamiento pertinente y a una reformulación estructurada que resulta de ayuda a las diferentes partes presentes.
¿Qué beneficios me pueden reportar los mapas mentales?
Más allá del aspecto práctico, el mapa, como todas las herramientas de las que se hace buen uso, genera determinadas sensaciones y sentimientos en un usuario.
Un aumento de la confianza en uno mismo
Autonomía en el ámbito de la reflexión (pensar por uno mismo)
Una nueva soltura en cuanto a la memoria
Las ganas de aprender
La serenidad en las situaciones complejas
El placer de utilizar nuevos recursos
La satisfacción de haber empleado bien el tiempo
Una gran facilidad para argumentar
Un sentimiento de dominio de los propio conocimientos
1. Durand, Daniel, La systémique. Colección Que sais-je? Presses Universitaires de France, 1979