BRUSELAS. La Confederación Europea de Sindicatos (CES) juzgó este martes "inaceptable" el acuerdo concluido entre los países de la Unión Europea (UE) que autoriza la semana laboral de más de 48 horas y permite no contabilizar más las "guardias" como tiempo efectivo de trabajo.
"El acuerdo sobre el tiempo de trabajo es muy insatisfactorio e inaceptable para la CES en lo que concierne las nuevas disposiciones sobre las guardias y el mantenimiento del ‘opt out’ del Reino Unido", subrayó el secretario general de la organización, John Monks.
"Ahora vamos a trabajar sobre estas dos medidas con nuestros aliados en el Parlamento Europeo", advirtió.
Los países europeos se pusieron de acuerdo en la madrugada de este martes sobre las reglas comunes para que los asalariados puedan trabajar más de 48 horas por semana, proteger a los empleados temporarios y no contabilizar más las "guardias" como tiempo efectivo de trabajo.
De aplicarse las nuevas normas, los europeos, bajo ciertas condiciones definidas, podrán optar por trabajar hasta 60 ó 65 horas por semana, como ya ocurre en el Reino Unido gracias al denominado opt out.
En efecto, la revisión de la directiva sobre el tiempo de trabajo apunta a enmarcar mejor las derogaciones al techo semanal de 48 horas de trabajo, inscrito en la legislación europea.
La revisión de la ley prevé además por primera vez que los períodos de guardia "inactivos" puedan ya no ser contabilizados como tiempo de trabajo.
Dos fallos de la justicia europea estipulan que el tiempo de guardia debe ser calculado como tiempo de trabajo, lo que coloca en infracción a la mayoría de los Estados miembros de la UE, especialmente en las profesiones del mundo médico.
Estos textos sociales, que estaban bloqueados hace años, fueron aceptados "por una mayoría calificada".
Ambos documentos deberán ser todavía aprobados por el Parlamento Europeo, lo que está lejos de ser algo seguro.
Cinco países -España, Bélgica, Grecia, Hungría y Chipre- han criticado enérgicamente las proposiciones sobre el tiempo de trabajo y han pedido un arbitraje severo del Parlamento.
Si desde los sindicatos y ciertos países se criticó el acuerdo, el comisario europeo de Empleo, Vladimir Spidla, saludó en cambio un "gran paso adelante para los trabajadores" que "refuerza el diálogo social".
De su lado, el secretario británico de Empresas, John Hutton, que defendió celosamente la flexibilidad laboral de su país, afirmó que el acuerdo "significa que la gente sigue siendo libre para ganar trabajando más y las empresas pueden hace frente a los periodos de mucho trabajo".