MADRID. Siete de cada diez trabajadores consideran que tener un sueldo competitivo es el aspecto laboral más importante en momentos de crisis, según el estudio ‘El mundo del trabajo’ elaborado por Randstad a través de una encuesta realizada a sus empleados.
El estudio indaga en las distintas variables que pueden retener a un empleado en su puesto y concluye que lo más importante para los trabajadores es tener un sueldo competitivo (así lo afirma un 72% de los encuestados), mientras que otras variables pierden importancia.
Además, dos de cada tres trabajadores (67%) opinan que desempeñar un empleo que les satisfaga es importante, pero este indicador disminuye cuatro puntos respecto a la opinión de hace dos años. También se ha producido un descenso en la importancia que tienen los compañeros (62%), realizar un trabajo desafiante (54%) o trabajar en una compañía con una ética similar a la del trabajador (50%).
Asimismo, el estudio de Randstad pone de manifiesto que los aspectos menos intangibles del puesto de trabajo han descendido en la valoración general dada por los empleados. Por ejemplo, sentirse valorado (76%), sentirse reconocido (66%) y trabajar en un ambiente de apoyo (60%) continúan en los primeros puestos de los aspectos que hacen feliz a un trabajador, pero pierden 10 puntos de importancia respecto a la última edición del informe.
Esto sugiere, según Randstad, que el funcionamiento de la situación económica "empaña" el buen funcionamiento del entorno de trabajo actual.
Así, en la pasada edición del informe, el 30% de los trabajadores pensaba que motivar y retener a la plantilla era lo más importante. Hoy esa cifra desciende hasta el 22% y en la primera posición de los retos del entorno laboral se sitúa contratar a los empleados adecuados.
Sin embargo, en la actualidad los profesionales creen que no es un buen momento para cambiar de trabajo: el 60% de los trabajadores y de los jefes tiene previsto quedarse en su actual empleo.
MAYOR SATISFACCIÓN.
En cuanto a la satisfacción de los empleados, en los últimos dos años, ha aumentado respecto al número de horas trabajadas, dado que el 50% está contento, un 12% más que en 2006. El 40% está satisfecho también con la oportunidad de aprender algo nuevo (un 13% más que hace un año), el 38% está contento con la cantidad de trabajo que puede manejar (8% más) y el 29% está conforme con el nivel de compensación que recibe por su trabajo (un 8% más).
Sin embargo, la satisfacción sigue siendo mucho más alta entre los jefes que entre los empleados, entre 8 y 15 puntos de diferencia según las cuestiones.
Las opiniones varían también en función de la edad de los trabajadores. Así los nacidos entre la década de los 80 y el año 2000 son más pragmáticos y sus expectativas están evolucionando, mientras que los nacidos entre 1961 y 1980 invierten más en mantener su situación profesional que en cambiarla.
Por su parte, los que nacieron entre 1945 y 1960 se sienten los portadores de la cultura corporativa, legal e histórica. Ellos demandan el reconocimiento de su contribución al trabajo, pero sienten la presión de la desaceleración económica, que puede destruir sus planes de jubilación.