Hace algunos años tuve la suerte de conocer y también de tener como cliente, a alguno de esos empresarios excepcionales, que salen de cuando en cuando. Se trataba de Andreu Costafreda (e.p.d.), quien acuñó esta frase “… mejor tener voluntad que inteligencia”. Porque la inteligencia sin voluntad sirve para muy pocas cosas, en cambio poca inteligencia y mucha voluntad pueden llevarte al éxito.
Vivimos una entorno global y tecnológico y ello nos permite la posibilidad de saber más que en generaciones anteriores, pero el éxito y la utilidad de la tecnología dependerá siempre de las personas que la usan. Decía Walt Disney, que todos somos creativos, tenemos capacidad “innovadora, asesora e implementadora”. Hay que tener ideas, hacer que se adapten a la realidad, escoger las mejores e implementarlas.
Ya que todos tenemos ideas, aunque no siempre somos capaces de aplicarlas, para hacerlo, debemos superar los dos grandes enemigos del ser humano, los miedos y la pereza. Como docente y profesor tutor de e.learning, tengo la maravillosa posibilidad de tener al alumno “cautivo” delante del ordenador, en la medida que sepa ilusionarlo, ser facilitador de conocimientos que le ayuden a experimentar, simular situaciones y si es posible divertirse, pero conseguir todo eso, depende obviamente de sus ganas de aprender, aunque también tiene que ver con mi actitud.
Quiero recordar una historia que me contó un docente y amigo misionero salesiano estando en Côte d´Ivoire. Hablábamos de enseñar a pescar como una opción mejor que simplemente facilitar el pescado, ya que pasas de resolver un problema puntual a facilitar a través del aprendizaje una forma para asegurarse comida durante toda una vida. No obstante me decía que existía un nivel de aprendizaje superior, consistente en descubrir “juntos” nuevos ríos y nuevas formas de pescar, ya que de esta forma, ambos podríamos aprender cosas nuevas. No existe otro camino que la implicación personal y con ella traspasamos también nuestras emociones.
Compartir la tecnología en este espacio global llamado Internet, nos ha de permitir que todos aprendamos de todos y, de esta forma, quizás podamos acceder a crear un futuro también mejor para aquellas personas que viven alejadas de nosotros, pero que tienen sin duda.