PASADENA (AP) – A lo largo de toda la costa del sureste de Texas, devastada tras el paso del huracán Ike, los inmigrantes hispanos retiran árboles caídos y arreglan tejados dañados, sin importar si son residentes legales o indocumentados.
La ola de destrucción de Ike trajo al estado más trabajos, sueldos mejores y un respiro de la siempre amenazadora deportación. En los últimos meses, muchos inmigrantes señalaron que el empleo en la zona de Houston empezaba a escasear y que la policía y las autoridades de inmigración realizaban más redadas.
"Ahora hay más trabajo", comentó Teodoro Alvarado, de 20 años, el viernes, mientras esperaba en una esquina del suburbio de Pasadena para ser contratado para hacer arreglos. "Y espero que siga llegando más trabajo", añadió.
Los trabajadores, vestidos con pantalones vaqueros sucios, botas y gorras, están por todas partes, arreglando desde casas victorianas hasta los jardines de mansiones que han quedado destrozados por la tormenta.
Los hispanos, que son recogidos en la calle por dueños de casas que necesitan mano de obra barata, están ayudando a reconstruir las ciudades devastadas del sureste de Texas. Muchos de ellos son indocumentados y otros son residentes legales que simplemente necesitan dinero porque se han quedado sin trabajo temporalmente debido al huracán.
Hay razones para creer que los trabajadores latinos seguirán llegando a la zona: Después del huracán Katrina, miles de inmigrantes latinos viajaron a Nueva Orleans para trabajar en construcción, carpintería y labores de limpieza.
Gerardo Hernández se dedica normalmente a arreglar tejados. Desde el azote de Ike el 13 de septiembre, ha trabajado levantando árboles derribados en carreteras y casas. Un paseo por el barrio de Kemah, donde el huracán se llevó techos de restaurantes y casas por delante, le convenció de que sus servicios serán solicitados.
"En las próximas semanas la gente obtendrá dinero de los seguros y creo que habrá más trabajo", dijo Hernández, un inmigrante mexicano que lleva cuatro años viviendo en Estados Unidos.
Pero la promesa de más trabajo va ligada al miedo de sufrir abusos y explotación, y a rumores de que las autoridades de inmigración se presentarán en lugares de construcción y limpieza para arrestar a hispanos.
Después de Katrina, muchos trabajadores hispanos en Nueva Orleáns reportaron condiciones poco seguras en los puestos de trabajo y empresas que no les pagaron por la labor realizada.
"Esta gente tendrá trabajos que hacer pero también serán los más explotados", dijo Annica Gorham, directora del Centro de Justicia para Trabajadores Interfaith, que ayuda a los que se ha quedado sin paga, han resultado heridos en el lugar de construcción o que trabajan en condiciones poco seguras.
"Los jornaleros son los más vulnerables aquí y en todo el país", añadió.
En Houston, al igual que otras ciudades en Estados Unidos, los departamentos de policía locales informan a las autoridades de inmigración sobre la presencia de indocumentados.
Las redadas federales han sido difundidas por los medios de comunicación, como la que acabó con el arresto de 160 trabajadores en una fábrica local en junio.