QUITO. El Presidente Rafael Correa afirmó el jueves que el Ecuador aún no toma una decisión sobre la propuesta que la empresa constructora brasileña Odebrecht presentó para solucionar las divergencias que mantiene con este país, aunque destacó que su deseo es que "no vuelvan".
El Jefe de Estado expresó que aunque Odebrecht aceptó todas las condiciones que el Estado ecuatoriano impuso, entre ellas la requisición de sus bienes y la suspensión de otros cuatro contratos que los brasileños mantenían con el Estado, aún no se toma una decisión al respecto.
"Estamos analizando muy seriamente si continúan expulsados. Básicamente estamos analizando las cuestiones técnicas, jurídicas y económicas, pero en principio mi voluntad y nuestro deseo es que no vuelvan", dijo.
Agregó que Ecuador no quiere relación con "empresas que se han burlado del país y que solo ante un acto firme, como es la expulsión, reconocen lo que estrictamente corresponde en justicia al Estado ecuatoriano".
Odebrecht aceptó el miércoles las exigencias del gobierno ecuatoriano de terminar una disputa sobre una planta hidroeléctrica en ese país, San Francisco, que se encuentra paralizada por lo que el gobierno considera fallas de construcción propiciadas por esa compañía.
La Compañía dijo que acordó pagar por reparaciones, extender algunas de sus garantías y asignar 43 millones de dólares para eventuales multas y compensaciones si es declarada responsable de los problemas que originaron el cierre de esa planta.
Correa ordenó el mes pasado congelar los activos locales de Odebrecht y amenazó con incumplir un préstamo de construcción de 200 millones de dólares, adicionalmente rescindió el contrato de esa firma para la construcción de otras tres hidroeléctricas y un aeropuerto en la ciudad de Tena, por un monto en suma de 500 millones de dólares.
Esa central fue construida por Odebrecht en junio del 2007 y a un año de su inauguración se paralizó debido a lo que el gobierno ecuatoriano considera fallas de construcción de la empresa brasileña, pero esa firma dijo que los daños fueron provocados por la erosión no programada causada por la ceniza del volcán Tungurahua, en erupción.
San Francisco estaba pensada para aportar el 12% de la energía eléctrica que consume el país y su construcción representó una inversión de 338 millones de dólares. Está parada desde el 6 de junio.