PARIS. Los sindicatos y el Gobierno de Francia afrontan una semana crítica tras la huelga general del 29 de enero, con el anuncio de los datos de desempleo de Diciembre, que se prevén malos, y la expectativa por la actitud del presidente, Nicolas Sarkozy.
A los paros del jueves, seguidos por cientos de miles de trabajadores y apoyados en la calle en multitudinarias manifestaciones, el presidente aún sólo ha respondido con la promesa de que recibirá a los sindicatos durante el mes de febrero.
Estos tienen previsto reunirse el lunes para valorar las medidas por tomar, mientras exigen a Sarkozy que se pronuncie sobre la situación de crisis, que afecta ya gravemente al empleo y que probablemente recibirá la confirmación oficial con los datos de paro de final de 2008.
Ya la Ministra de Economía y Empleo, Christine Lagarde, adelantó el viernes que el dato de diciembre será "malo", aunque "no tan malo" como el mes precedente, pero el incremento del número de parados, de confirmarse el lunes, será el séptimo consecutivo.
En Noviembre la cantidad de franceses que buscaban empleo superó los dos millones de personas.
Hoy el portavoz del Gobierno, Luc Chatel, envió a los sindicatos el mensaje de que la política del Ejecutivo no cambiará sustancialmente, que no habrá "modificación del rumbo" y que Sarkozy está considerando cuál será el momento más oportuno para dirigirse a los franceses.
En la agenda del Presidente para el próximo jueves no hay señalada ninguna actividad relevante, lo que permite prever que se podrían confirmar las informaciones publicadas en la prensa desde el jueves pasado en el sentido de que Sarkozy será entrevistado en la televisión pública ese mismo día.
"La peor de las respuestas sería cambiar totalmente el rumbo" en el terreno de la economía, insistió Chatel en declaraciones a la emisora "Radio J".
Pero François Chérèque, secretario general de la CFDT (Confederación Francesa Democrática del Trabajo), alegó que el suyo y otros sindicatos aguardan precisamente ese cambio de ruta y las palabras de Sarkozy para decidir qué seguimiento dar a las movilizaciones multitudinarias del pasado jueves.
El mismo lunes también está previsto que el Primer Ministro, François Fillon, anuncie en Lyon (sur) en un consejo de ministros "descentralizado" la lista de los mil proyectos destinados a relanzar la economía y crear empleo.
Entre esas iniciativas "Le Figaro magazine" ha adelantado 50 de ellas, que afectan a la enseñanza superior, al transporte ferroviario, a las viviendas sociales y que prevén intervenciones en el patrimonio, como restauraciones en la catedral de Notre Dame de París o la creación del Museo de Civilizaciones de Europa y del Mediterráneo en Marsella (sur).
Se trata de iniciativas que corresponden al plan del Ejecutivo francés, que lo valora en 26.000 millones de euros -de los cuales 22.000 afirma que se gastarán en 2008-, aprobado en el Parlamento y con el que pretende estimular actividades generadoras de empleo.
Pero el plan ya ha sido calificado de "insuficiente" por Chérèque y está por ver la disposición de los responsables socialistas de numerosos departamentos franceses que deberían aplicar esas medidas, puesto que el Partido Socialista (PS) votó en contra del plan en el Parlamento.