LONDRES. Cientos de trabajadores de una planta procesadora nuclear británica abandonaron sus labores el lunes, uniéndose a las crecientes protestas por el empleo de trabajadores extranjeros en un momento en que Gran Bretaña se encuentra en una recesión y el desempleo está en aumento.
Hasta 900 contratistas en la planta nuclear de Sellafield abandonaron sus tareas, uniéndose a cientos de otros trabajadores que se declararon en huelga durante los últimos días por el empleo de extranjeros.
Los contratistas afirman que los trabajadores extranjeros tienen acceso preferencial a los empleos.
La medida industrial, que hasta ahora ha afectado más a las plantas de electricidad y energía al este y noroeste de Gran Bretaña, parece estar esparciéndose, con foros en internet promoviendo huelgas solidarias en toda la nación.
La iniciativa refleja un alza en el malestar social a medida que la recesión de Gran Bretaña se profundiza y el desempleo aumenta. Casi dos millones de británicos están ahora sin trabajo, con una tasa de desempleo por encima del 6 por ciento.
Los organizadores negaron que la acción de Sellafield sea antiextranjera, diciendo que apunta a una igualdad en el terreno salarial para todos los trabajadores.
"No estamos tratando de frenar a los trabajadores extranjeros que vengan a Gran Bretaña, estamos tratando de frenar que vengan y se les pague menos que a nosotros y nos menoscaben", dijo Bill Eibeck, un sindicalista en la planta de Sellafield, a los periodistas.
"Estamos en realidad pidiendo igualdad de derechos, no sólo para nosotros sino para los trabajadores extranjeros también. Si el Gobierno no nos escucha, la situación podría aumentar aún más y se verán más huelgas, y no queremos que esto suceda", declaró.
La disputa en torno a los trabajadores extranjeros es un dolor de cabeza para el primer ministro Gordon Brown, que en un discurso tras asumir al poder a mediados del 2007 prometió "empleos británicos para los trabajadores británicos".
El lunes, Brown expresó cierta solidaridad con aquellos que están luchando por su trabajo, pero también dijo que las huelgas eran la respuesta incorrecta.
"Reconozco que la gente está preocupada por sus trabajos en este momento y quiero que ellos y sus colegas sean tratados justamente", dijo tras reunirse con el primer ministro de China Wen Jiabao.
"Pero considero que la medida de huelga que se está realizando es contraproducente", agregó.
Brown se enfrenta a una elección general a mediados del año 2010 y teme que el malestar por el alza del desempleo dañe a su Partido Laborista, tradicionalmente el partido de la clase trabajadora.