LISBOA. Los asistentes a la VIII Reunión Regional Europea de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) coincidieron hoy de forma unánime en la necesidad de adoptar medidas urgentes para combatir la crisis y que estas deben ser coordinadas a nivel internacional y en el ámbito del "diálogo social tripartito". Sin embargo, también criticaron la ausencia de soluciones más rápidas y concretas para frenar la gravedad de la situación económica.
Los más de 500 participantes, representantes de los trabajadores, de los empresarios y del poder político, aprobaron de forma unánime las conclusiones de esta reunión, de la que salió reforzada la Agenda de Trabajo Digno, que la OIT está elaborando, ya que todos coincidieron en que a pesar de la crisis, las medidas adoptadas, tanto a corto como a medio plazo, tienen que respetar esos principios.
En estos cuatro días de reunión las ideas más repetidas fueron la necesidad del "diálogo social tripartito" y la coordinación internacional de las medidas nacionales para combatir la crisis económica, ya que "sólo así se evitarán las grandes divergencias entre los países".
Los representantes de los 51 países de Europa y Asia Central que participaron en la reunión de Lisboa, defendieron la necesidad de crear medidas para mantener el empleo y la protección social de todos y concordaron en la crisis no puede servir de excusa para reducir las condiciones de trabajo y los derechos de los trabajadores.
Sin embargo, a pesar de haber aprobado las conclusiones por unanimidad, patrones, sindicatos y representantes gubernamentales, lamentaron que, en estos tiempos de crisis, no se haya avanzado en esta reunión con soluciones más concretas para ultrapasar la inestabilidad social y económica.
En las conclusiones la OIT aboga por implementar planes de estímulo económico y capital para las pequeñas empresas para combatir los graves efectos de la crisis económica mundial en el empleo.
Además, señaló la importancia de profundizar el diálogo social para superar la crisis y construir un futuro mejor para los trabajadores, a los que es necesario prestar apoyo, especialmente a los más vulnerables de la población, mujeres, jóvenes e inmigrantes, para que no queden al margen del mercado laboral y no se conviertan en pobres que trabajan.
La OIT también señala la importancia de retener a los empleados, siempre que sea posible, por medio de acuerdos sobre la reducción del tiempo de trabajo. Así como apostar en la educación y la formación.
Otra de las recomendaciones es promover políticas equilibradas a través de la denominada flexiseguridad, un sistema que conjuga la flexibilidad de los mercados con la política de protección laboral, y que permitirá hacer frente a la evolución del mercado sin perjudicar al trabajador.
Pero a pesar de todas estas buenas intenciones, una de las palabras más oídas en esta última jornada de trabajo fue la de "oportunidad perdida", ya que, según los sindicatos, muchas cuestiones fueron excluidas, para los empresarios, se debió de ir más lejos y adoptar soluciones más concretas para superar la crisis, ya que las medidas adoptadas son demasiado generalistas.
Sólo el ministro de Trabajo portugués, Vieira da Silva, responsable por la clausura, consideró que el consenso alcanzado "fue muy importante" ya que todos "reconocieron la necesidad de coordinación de las medidas y la creación de mecanismos de seguimiento internacional para anticipar el riesgo de situaciones como la que estamos viviendo", concluyó.
Las previsiones de la OIT estiman que la crisis podría dejar sin empleo a más de 50 millones de personas en el mundo en 2009.