WASHINGTON. El presidente Barack Obama anunciará en los próximos días un nuevo plan de entrega de fondos públicos a General Motors y Chrysler, pero aclaró que las dos firmas automotrices deber adoptar "cambios muy drásticos" para salvarse de la bancarrota.
Obama ofreció un avance de la política de su gobierno para ayudar a la acorralada industria automotriz de Detroit durante el encuentro cibernético que organizó la víspera, en el que prometió ayuda federal adicional solamente si Detroit cambia su política empresarial y logra concesiones de los tenedores de bonos.
"Les brindaremos cierta ayuda", dijo Obama. "Sé que no es popular aportar ayuda a los obreros del automotor o a las empresas automotrices. Pero, mi trabajo consiste cuantificar el costo de permitir que esas empresas quiebren en lugar de calcular si pueden presentar un plan de viabilidad".
Agregó que "si no están dispuestos a realizar los cambios y las reestructuraciones necesarias, no estoy dispuesto a tirar dinero de los contribuyentes en pos de un caso perdido".
General Motors Corp. y Chrysler LLC recibieron 17.400 millones de dólares en fondos federales desde diciembre y han solicitado más del doble de esa cantidad para evitar la bancarrota. Un grupo asesor creado por Obama se ha reunido con los directivos de ambas empresas y de otras para estudiar los planes de reestructuración que cometieron para su sobrevivencia mediante concesiones de sus empleados y acreedores.
"Todo el mundo tendrá que ceder un poco _accionistas, empleados, acreedores, proveedores, distribuidores_, todo el mundo tendrá que reconocer que el modelo presente, el modelo económico, de la industria automotriz estadounidense es insostenible", dijo Obama.
El presidente agregó que concordó con una de las personas que formuló una pregunta en el foro cibernético _ una residente de Maryland con familiares que trabajan para GM y la Ford Motor Co. _ de que "hubo mucha mala gerencia en la industria automovilística en los últimos años".