HANOVER, Alemania – Miles de trabajadores alemanes y franceses se manifestaban este jueves en la ciudad alemana de Hanover contra el proyecto del fabricante de neumáticos germano Continental de cerrar una fábrica en cada uno de esos países.
"Trabajadores unidos contra los accionistas gamberros", "El monopoly pero sin nosotros" o "Gracias por nada" se leía en varias de las pancartas, en francés, en alemán y a veces en ambos idiomas, de los manifestantes frente a la sala en la que reunió a partir de las 08H00 GMT la asamblea general de los accionistas de Continental.
Unos mil empleados franceses abandonaron el miércoles la planta de Clairoix (a 75 km al norte de París) y llegaron sobre las 07H00 GMT del jueves a Hanover (norte), donde les esperaban varios centenares de sus colegas alemanes.
"Estamos aquí para mostrarles que estamos dispuestos a viajar 12 horas de ida y 12 de vuelta. Eso muestra que somos capaces de paralizar todas las fábricas de neumáticos Continental, que todo lo que Conti hace, les impediremos venderlo en Francia", declaró ante los periodista Xavier Mathieu, del sindicato francés CGT.
Tras los incidentes registrados el martes, en los que unos manifestantes saquearon las oficinas de la subdelegación del gobierno de Compiègne, cerca de Clairoix, aseguró que no habría "desbordamientos" si se le permitía a la delegación de 15 a 20 personas previstas presentar una moción en la asamblea general.
Tanto los alemanes como los franceses quieren "lanzar una señal" a los accionistas para la primera manifestación de "dos fábricas de dos países diferentes" de la historia de Continental, según Michael Mersmann, responsable del sector internacional del sindicato alemán IG BCE.
Igualmente Jurgen Frantz, 53 años, asalariado desde 17 años en el departamento de investigación de la planta de Stocken (norte): "Queremos simplemente mostrar que no estamos de acuerdo con los cierres. Como los franceses, tenemos miedo por el futuro de nuestros empleos".
"Los accionistas deben ver que los trabajadores están dispuestos a luchar", añadió Hans-Jurgen Reuter, de 58 años, obrero desde hace 11 años de "Conti", luciendo la gorra IG BCE roja. "Tras la crisis, son los obreros los que tienen que pagar cuando no fuimos nosotros los que despilfarramos", se indignó. En el interior de la sala, el jefe de Continental, Karl-Thomas Neumann, mantuvo su postura durante su discurso: "No hay alternativa" al cierre, debido a la "caída de nuestros mercados".
El grupo, que ya suprimió 8.000 empleos en el mundo el pasado año, y 6.000 tan sólo en los tres primeros meses del año, quiere continuar reduciendo sus capacidades de producción, según su director. También extenderá el desempleo parcial: más de 20.000 trabajadores ya están afectados, y la medida podría ampliarse a otras 25.000 otros de aquí a finales de abril.
Continental anunció en marzo pasado el cierre de dos fábricas de neumáticos en Europa, una en Hanover y a la otra en Clairoix, en las que trabajan un total de 1.900 personas. Pero los sindicatos ponen en duda los argumentos de la dirección sobre la violencia de la crisis en los mercados automotrices.