Australia, que continuó manteniendo altos niveles de bienestar a pesar de la crisis global, está en pleno boom de crecimiento de la población, no sólo por los niveles récord de inmigración, sino también por las tasas de fecundidad que no se registraban desde los años posteriores a la II Guerra Mundial.
Según los datos difundidos por la Oficina de Estadísticas, el 2008 registró el mayor número de nacimientos en la historia del país. Sobre una población de 21 millones 800 mil personas, los recién nacidos fueron 296.600, el 4% más del récord precedente del 2007.
Australia está, de esta manera, registrando el crecimiento demográfico más rápido entre los países industrializados.
En los 12 meses hasta marzo pasado, la población aumentó el 2%, mientras que en el primer trimestre de este año el flujo de inmigrantes fue el más alto en casi 30 años.
La economía del país está creciendo a un ritmo superior a las previsiones, y el banco central, en su último informe trimestral, triplicó sus previsiones de crecimiento para este año, desde el 0,5 al 1,75%.
Según el Reserve Bank, el continuo crecimiento económico se basa en la fuerte demanda de recursos como carbón y minerales de hierro, especialmente desde India y China.