La crisis económica ha golpeado fuerte a las familias mexicanas, lo que ha disparado su de-sempleo y orillado a que más de sus integrantes se ocupen en dos trabajos.
Estadísticas de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) revelan que, entre el cuarto trimestre de 2008 y el tercero de 2009, subió en 48.5 por ciento el número de hogares en donde algún miembro está de-socupado, alcanzando la cifra de 2.6 millones.
Paralelamente, crecieron en 75 por ciento las familias donde todos los miembros con posibilidad de laborar no tienen trabajo, al sumar 148 mil 802.
Pero la crisis no sólo ha repercutido en desempleo: la falta de ingresos ha llevado a las personas a buscar más de un trabajo.
La ENOE informa también que el número de mexicanos que se ocuparon en dos empleos creció 7.1 por ciento, con lo que sumaron 2.6 millones.
Los que trabajaron en la informalidad y un negocio familiar fueron los que más aumentaron, en 14.2 por ciento, y le siguieron aquellos que laboraron en instituciones y en la informalidad, con un incremento de 5.5 por ciento.
"La gente tiene que buscar un ingreso de donde pueda, aun cuando sea en condiciones como en la informalidad, pues ha habido poca creación de empleo", comentó Brígida García, especialista laboral de El Colegio de México.
García manifestó que la subocupación ha crecido considerablemente, y es ahí en donde se están direccionando las personas de forma doble.
Para la académica, el desempleo es el resultado más devastador de la crisis.
Arturo Vieyra, especialista de Grupo Financiero Banamex, dijo que la subocupación ha sido resultado de la pérdida de puestos en el sector formal y la caída de las remuneraciones reales y vaticinó que esto será una tendencia durante los siguientes meses.
"La pérdida de poder adquisitivo y la rigidez del empleo formal hacen que las personas busquen la salida en empleos de baja calidad y productividad", aseguró.