"El tema central clave ahora mismo (en la región) es cómo recuperar el crecimiento", afirmó Santiago Levy, Vicepresidente del BID el pasado 20 de marzo durante la presentación del informe en el marco de la Asamblea anual del BID que se celebra en Cancún (México).
Para ello, explicó Levy, es necesario incrementar la productividad, que ha aumentado menos que la de países ricos como EEUU en las últimas cuatro décadas.
El informe "La era de la productividad, cómo transformar las economías desde sus cimientos" menciona que Chile fue el único país de la región que logró tener unas ganancias en la productividad superiores a las de EEUU entre 1960 y 2005.
Por el contrario, Brasil perdió un 2,5 por ciento de productividad frente a Estados Unidos en el periodo mencionado, Uruguay un 14 y Bolivia y Colombia un 17 por ciento, por citar sólo algunos ejemplos.
Carmen Pages, principal autora del informe, afirmó hoy que la productividad está relacionada con los ingresos per cápita.
Así, un país latinoamericano típico podría haber aumentado su ingreso per cápita en un 54 por ciento desde 1960 si su productividad hubiera crecido como la del resto del mundo.
Como resultado Latinoamérica ha sido incapaz de erradicar la pobreza: "A menos que la productividad aumente, la política social por sí sola no podrá eliminar la pobreza", destacó Pages.
El problema, según el BID, radica en que el crecimiento de la productividad laboral está muy rezagado en el sector manufacturero y sobre todo, en el sector de servicios.
Así, el promedio anual de crecimiento en el sector de servicios de América Latina ha sido del 0,1 por ciento entre 1990 y 2005, frente al 2,5 por ciento de Asia Oriental y el 1,4 por ciento de los países de ingresos altos.
En el sector manufacturero el incremento ha sido del dos por ciento, frente al 3,5 por ciento de Asia Oriental y el 2,2 por ciento de los países ricos.
El único sector en el que la región mantiene tasas competitivas es el agrícola, con un crecimiento de la productividad laboral del 3,51 por ciento en el periodo mencionado, frente al 2,5 por ciento de Asia Oriental y el 3,6 por ciento de los países desarrollados.
"Un sector servicios que no crece es un enorme lastre para el crecimiento total de la economía", dijo Pages.
Los servicios generan ya un 60 por ciento del empleo en la región.
El estudio destaca que si ese sector creciera como en el este asiático, la productividad laboral habría experimentado un incremento promedio de algo más del tres por ciento entre 1990 y el 2005, en lugar del 1,5 por ciento registrado en el periodo.
Los economistas del BID consideran que la abundancia de empresas pequeñas de muy baja productividad, sobre todo en el sector servicios, es uno de los principales factores de estancamiento de la productividad, junto con los altos costes de transporte o políticas sociales pobremente diseñadas, entre otros.
El organismo llama la atención sobre el "exceso" de micro empresas y la escasez de empresas medianas y grandes en relación con economías más desarrolladas.
"Muchas de estas empresas de muy baja productividad son informales y tienen poco o ningún acceso al crédito con limitadas oportunidades para innovar, entrenar a sus trabajadores y crecer en tamaño y productividad", afirmó el BID.
Para solucionar la situación, el BID recomienda reducir los elevados costes del transporte, un mejor acceso a los mercados de crédito, así como la mejora del sistema de impuestos, que en la actualidad son "altos y complejos".
Además es necesario, según el organismo, una mayor innovación, sobre todo entre las pequeñas empresas.
"Lo que el libro indica es que es necesario un nuevo pacto social y eso implica mejorar la productividad no sólo del sector exportador, sino de toda la economía y sobre todo del sector servicios", concluyó Pages.