Una asamblea del plenario de delegados de la seccional Buenos Aires de la Asociación Bancaria (AB) decidió paralizar totalmente las tareas en la casa central del Banco Supervielle en rechazo de "la decisión de producir despidos, la discriminación de personal enfermo y el incumplimiento de los acuerdos salariales firmados" por el gremio.
Por otra parte, el secretario nacional de Prensa del sindicato, Eduardo Berrozpe, aseguró que "un grupo de civiles intentó impedir el desarrollo de la asamblea, ignorando totalmente las garantías constitucionales para el accionar gremial".
Berrozpe sostuvo que sobre el Supervielle pesan numerosas denuncias radicadas en "la Oficina de Violencia Laboral del ministerio de Trabajo por maltrato a los empleados y también ante el Instituto Nacional contra la Discriminación (INADI)".
La Bancaria continúa las acciones judiciales en perjuicio de esa entidad financiera, ya que sus autoridades obstaculizan "la libre elección de delegados, asesoradas por el abogado Julián De Diego y consultoras vinculadas al conflicto Kraft-Terrabussi".
"El Supervielle contrató para ello como Gerente de Recursos Humanos a María Amado, proveniente del sector de la alimentación y vinculada a perseguir actividades sindicales", aseveró Berrozpe.