BERLÍN. Cada vez más empresas alemanas reclutan jóvenes de clases desfavorecidas, que constituyen una reserva no explotada de mano de obra en un país que necesita incorporar fuerzas a su mercado laboral.
El año pasado, Deutsche Telekom propuso un aprendizaje a 61 jóvenes que no cumplían sus criterios habituales de selección. Los seleccionados procedían de clases desfavorecidas, habían obtenido resultados escolares insuficientes y a menudo eran de origen extranjero.
Más del 80% de ellos consiguió la cualificación para continuar en la empresa, declaró esta semana el director de recursos humanos de Deutsche Telekom, Thomas Sattelberger.
"Se pueden encontrar talentos allí donde no se habrían buscado", aseguró Sattelberger, que no ocultó una cuestión de necesidad: "Tenemos que ampliar nuestro horizonte, encontrar nuevas reservas de talentos", dijo.
En ese marco, el gigante de la electrónica Siemens comenzó hace tres años a contratar a 250 aprendices anuales que no cumplen con los criterios de selección del grupo.
A medida que se aleja la crisis, y con ello la amenaza de una explosión del desempleo, el problema número uno del mercado laboral alemán vuelve a ser la escasez de mano de obra, en particular en los oficios técnicos y científicos.
Ingenieros, programadores informáticos y técnicos especializados empiezan a convertirse en especies raras en Alemania. Con una natalidad en baja y una población que debería decrecer, el problema no hará más que aumentar en los próximos años.
De aquí a 2020, podrían faltar en el mercado laboral alemán unos 2 millones de trabajadores cualificados, estimó el gabinete de consultores McKinsey.
Pero, en forma paradójica, el 7,5% de una determinada franja de la población abandona el sistema educativo sin diploma ni cualificación alguna, una proporción que aumenta a velocidad en ciertas regiones y sectores de origen extranjero.
Esa franja representa un terreno fértil "sin cultivar", explicó a AFP Franck Frick, experto de la Fundación Bertelsmann.
Para la agencia alemana para el empleo, la conclusión es clara: "Debemos motivar a las empresas a ir en busca de aquellos que tienen un nivel más bajo", explica Heinrich Alt, miembro del directorio.
Las pequeñas y medianas empresas ya constataron esta realidad desde hace rato y abrieron sus puertas a jóvenes que no eran los candidatos soñados.
Durante mucho tiempo las grandes empresas como Deutsche Telekom o Siemens no tuvieron este problema de reclutamiento por estar muy solicitadas. Pero ahora "nosotros también enfrentamos un retroceso del número de candidaturas", explicaba recientemente Günther Hohlweg, encargado de aprendizaje en Siemens.
Al ampliar la base de reclutamiento para buscar futuros técnicos especializados e ingenieros, Deutsche Telekom actúa sobre todo "por interés bien calculado de empresario", según Sattelberger.
Lo mismo ocurre con la aplicación por parte del grupo de un porcentaje de mujeres en los puestos de dirección.