Samsung Electronics designó al hijo del Presidente del directorio, Jay Y. Lee, como el nuevo Presidente ejecutivo, en una decisión que refuerza el control de la familia sobre el mayor fabricante de procesadores del mundo mientras lucha contra la ralentización del crecimiento.
Las acciones de la empresa más valiosa de Asia, con una capitalización bursátil de 120.000 millones de dólares, cerraron con una alza del 4,1 por ciento a un récord, ante las esperanzas de que el cambio impulse a una empresa que lucha contra Apple en el mercado de los móviles avanzados.
Su presidente, Lee Kun-hee, el hombre más rico de Corea del Sur, puede haber hecho su apuesta más arriesgada al ascender a su hijo de 42 años, del que los analistas dicen todavía no ha dejado su impronta en la compañía.
"Con este cambio en la directiva y la promoción de la generación más joven de la familia en el poder, se ha dado alguna claridad, en el sentido de que los inversores tienen una percepción de dónde se dirige el grupo y sus afiliados", dijo Kang Sun-sik, gestor de fondos de Woori Asset Management.
Se ha considerado desde hace tiempo que el joven Lee, casi tan huidizo como su padre, estaba siendo preparado para dirigir el Grupo Samsung, fundado por su abuelo en los años 30.
Sin embargo, no le resultará fácil estar a la altura de la actuación de su padre, que contribuyó a que Samsung superara a Hewlett- Packard como la mayor empresa de tecnología del mundo.
Samsung Electronics es propiedad en un 50 por ciento de inversores extranjeros.
Antes de ser ascendido, su padre, de 68 años, había dicho repetidamente que Samsung necesita una gestión ágil y con jóvenes talentos capaces de afrontar los mercados que cambian rápidamente, y que este año habría un importante cambio en la dirección.
Además, su hija Lee Boo-jin, ha sido ascendida a presidenta y presidente ejecutiva de Hotel Shilla, también del grupo.