En su libro ‘El proceso de innovación: reingeniería a través de las tecnologías de la información’, Thomas H. Davenport, dice que un proceso es un conjunto de actividades medible y estructurado diseñado para producir un resultado específico para un cliente particular o mercado. Implica un fuerte énfasis en como se hizo el trabajo dentro de la organización, de forma contraria a un producto, que se focaliza en que es.
El proceso es un orden específico de actividades de trabajo a través del tiempo y del espacio, con un principio, un final y claramente con entradas y salidas identificadas. Este elemento estructural del proceso es la clave para alcanzar los beneficios del proceso de innovación.
Al menos que los diseñadores y participantes puedan acordar la forma de trabajo, esta debe ser estructurada será muy difícil sistematizar la mejora o la innovación.
Si tenemos la visión de los procesos desde la óptica del negocio, implica poner el énfasis en la mejora continua a difefencia de poner el foco en los productos o servicios que se distribuyen a los clientes. Las empresas deben crear un balance entre las inversiones en productos y en procesos.
Los investigadores de la innovación amenudo distinguen entre la innovación de un producto y la de un proceso, la de productos siempre recibe mayor atención que la segunda.
Los procesos son la estructura por la cual una organización hace lo necesario para producir valor para sus clientes.
Por lo tanto una parte importante del proceso es medir la satisfacción del cliente ya que son los árbitros finales del proceso de diseño y puesta en marcha, así que los clientes deben estar representados en todas las fases de la gestión del proceso.