Nacido en Baltimore –Estados Unidos- en 1942, Tom Peters trabajó en la Marina y el Pentágono, para luego ser socio de la prestigiosa consultora norteamericana McKinsey and Company. Autor de más de diez publicaciones, ha escrito junto a Robert Waterman el libro “In Search of Excelence”. Publicado en 1982, el libro se basaba en la innovación como herramienta del crecimiento.
La excelencia es un estilo de vida, dice el autor. Para lograr lo que anhelamos en torno a un proyecto personal es necesario arriesgar, agregar un “plus” que motorice nuestra confianza.
En sus publicaciones, Peters direcciona sus ideas al mundo de la empresa, con premisas básicas e innovadoras. Considera que al jefe empresarial le gusta liderar, ser escuchado y ser un gran contador de historias. Además destaca la predisposición que hay que tener sobre los clientes: estar atentos a sus demandas y ser eficientes en su atención garantizan el éxito del proyecto empresarial.
En su libro “El Proyecto 50”, Peters destaca que la tecnología ha cambiado para siempre las reglas del juego empresarial. Por consiguiente, las empresas se agilizan constantemente, por lo que es necesario un proyecto que enmarque ciertas reformulaciones que apunten a la creatividad y la audacia.
La estrategia pasa por reenfocar y reformular permanentemente, para transformar cada tarea en algo destacable. De ahí a que la venta de nuestro producto debe nutrirse de sencillas habilidades que nos permitan ir paso a paso en cada etapa. Para ello no hace falta comenzar con un proyecto ambioso; con una simple idea puesta a desarrollar alcanza.
En “Tendencias”, Peters apunta a la modernización de la empresa, que necesita estar atenta a los cambios necesarios en épocas de crisis macro-económicas mundiales como las actuales. Es clave estar predispuesto a esas variables: en el caso de “Tendencias”, Peters analiza el crecimiento del marketing dirigido a la mujer, que ha cambiado las estrategias de seducción en las adquisición de bienes de consumo.
Su último libro, “Las Pequeñas Grandes Cosas” (de 2010), enumera una serie de tópicos enmarcados en un solo concepto: que “la excelencia no es un proceso de años, sino un proceso mental que se alcanza en 1 minuto”.
Destaca la importancia del “marketing vivencial”, que nos permite lograr el “valor agregado” a nuestro trabajo. Crear ideas sencillas no es sinónimo de éxito inmediato. Necesitan un trabajo de estudio previo y un desarrollo planificado a posteriori.
Debemos aprender de los errores, dice Peters. Una y otra vez. Para ello es necesario tener cierta “actitud” para ir perfilando la idea pensada. De lo simple a lo complejo, la capacidad de liderazgo de una persona está determinada por su actitud frente a cada acción cotidiana.
Compromiso con las cosas, contracción al trabajo y escuchar al otro con interés son algunas de las ideas que sugiere Peters. Estas cuestiones deben ser aplicadas en cualquier tipo de emprendimiento a realizar, para lograr eficacia, ganancia y satisfacción del cliente.