ROMA. La saga para salvar Alitalia conoció un nuevo golpe de efecto el viernes por la noche con el compromiso definitivo de compra de un grupo de inversores italianos, que puede evitar su quiebra y salvar la imagen del gobierno de Silvio Berlusconi.
Tras una jornada donde parecía que todo estaba perdido y que Alitalia se hundía todavía más, la CAI (Compañía Aérea Italiana), un consorcio de empresarios italianos, anunció finalmente que decidió mantener su propuesta definitiva de adquisición, pese a la oposición de algunos sindicatos.
Todos los medios italianos, citando fuentes cercanas a CAI, habían anunciado durante el día que los dirigentes del consorcio retiraban su oferta a causa de este bloqueo de los sindicatos. Pero, por la tarde, los dos principales responsables de CAI se reunieron una vez más en la sede del gobierno y Silvio Berlusconi, comprometido personalmente en el plan para salvar Alitalia, se declaró "optimista".
En un comunicado, el consorcio confirmó que estaba dispuesto a invertir 1.000 millones de euros para impulsar la Compañía, en una grave situación. De todas formas, el consorcio insiste en que su oferta está "condicionada a una decisión" de la Comisión Europea, que todavía tiene que decidir si el préstamo de 300 millones de euros acordado por el gobierno a Alitalia es o no una ayuda de Estado ilegal.
"Al final, el sentido de las responsabilidades ha prevalecido, como siempre habíamos esperado. La nueva Alitalia puede despegar", se felicitó el ministro italiano de Transportes, Altero Matteoli.
Este nuevo empujón sucede cuando los sindicatos de pilotos y del personal de tripulación habían rechazado el viernes firmar un documento preliminar relativo a las cuestiones de los contratos de trabajo y las criterios de selección. Por la noche, seguían sin aceptar el documento, que les había sido entregado por el brazo derecho de Silvio Berlusconi, Gianni Letta. En cambio, otras cuatro confederaciones sindicales, CGIL, UIL, CISL y UGL, sí lo firmaron. Pese a ser mayoritarias, el consorcio siempre ha exigido la aceptación del acuerdo por parte de los nueve sindicatos de Alitalia.
El gobierno parece haber forzado al máximo al consorcio, cuyos inversores fueron solicitados por el Cavaliere después que él mismo contribuyera a impedir la oferta de adquisición de Air France-KLM, con el fin de encontrar una solución italiana.
El plan para salvar Alitalia de CAI prevé el despido de más de 3.250 trabajadores así como la fusión con Air One, la segunda compañía italiana.
Todas las propuestas de compra de la compañía de aviación italiana, activa desde 1947 y en crisis desde hace unos diez años, habían fracasado hasta ahora.
Alitalia tiene una deuda de 1.200 millones de euros.