El número de chicas con diploma creció el 100 por ciento en un año. Autoridades y docentes aseguran que estudian y trabajan a la par de los hombres, pero con distintos perfiles. Cuáles son las materias que prefieren ellas y cuáles ellos. Hay una gran demanda de las empresas por los estudiantes platenses, y las chicas forman parte de ese fenómeno. La diferencia con otros países donde las polleras aún tienen poco lugar frente a las computadoras. El panorama en otras carreras
Compañeras. Las chicas están en cuarto año de una carrera que antes era dominada por los varones
Su presencia en las aulas no hace más que demostrar que la tecnología es también cosa de mujeres. Aunque a nivel mundial son pocas las polleras que gobiernan en los sistemas informáticos, en la Facultad de Informática local cada vez más chicas ocupan un asiento frente a la computadora, y son demandadas, a nivel laboral, en la misma proporción que los hombres.
Lo dicen las estadísticas y lo confirman las autoridades de la facultad de 115 entre 49 y 50. El año pasado, egresó el doble de alumnas -un total de 40- que en 2004, y el 24% de los inscriptos este año son mujeres, una cifra impensada tiempo atrás.
“Hay bastantes mujeres en comparación con otros lugares de estudio y de trabajo”, asegura orgulloso el decano de la Facultad de Informática de la UNLP, Javier Díaz.
No sólo la cantidad de chicas es lo que destaca el Licenciado en Matemática Aplicada y Calculista Científico. “Acá hay mujeres que trabajan en áreas que en otros lados no hay, como administración en redes”.
Cuestión de gustos
Tanto las autoridades como los docentes de Informática aseguran que las chicas son tan “responsables y capaces” como los hombres. La cuestión de género se reduce a las elecciones en materias y especialidades.
“A las mujeres les gusta mucho más todo lo que tenga que ver con aplicaciones de interfaces para usuarios”, explica Díaz. Así, ellas se preocupan por cómo hacer que un sistema sea más flexible para un mejor uso, y para eso se especializan en análisis de sistemas y desarrollo de software.
Los varones, en cambio, prefieren inmiscuirse en los soportes técnicos o administración de redes: hacer reparaciones, cambiar una placa de red, realizar configuraciones.
“A ellos les gusta todo lo que tiene que ver con los fierros, con desarmar y armar”, grafica la docente y secretaria de Extensión de Informática, Claudia Banchoff.
Claro que hay ejemplos de mujeres que también se animan a ingresar en terreno “masculino”. Paula Venosa es una de ellas. Recibida con uno de los mejores promedios de la facultad, fue una de las pocas alumnas que eligió especializarse en redes.
Hoy es docente-investigadora del Laboratorio de Investigación en Nuevas Tecnologías Informáticas (LINTI) de la Facultad de Informática, y brinda clases en el Máster de Redes.
“Se ve a simple vista que el número de mujeres que estudian informática ha ido en aumento en los últimos años”, dice la docente.
Diseñadoras en web son pocas en cualquier lugar del mundo, porque la mayoría de esos trabajos son realizados por hombres. A Valeria Soria y Anahí Rodríguez no es un tema que las desvele; al contrario, ya se especializan en esas áreas.
Las dos alumnas están en cuarto año y recuerdan que, cuando ingresaron a la facultad, las piernas femeninas no abundaban. “Eramos muy poquitas”, dice Valeria.
En el trabajo
Tanto Valeria como Anahí reconocen pasarse unas 12 horas frente a las computadoras, y confiesan que no son los hombres las que las hacen “renegar”, sino las matemáticas.
Las alumnas saben de la gran demanda que hay de empresas por estudiantes avanzados, pero todavía no analizaron qué harán una vez que terminen. “A mí me gustaría quedarme acá en La Plata”, reconoce Valeria.
Según Banchoff, cuando una firma reclama sólo estudiantes varones para un determinado trabajo es por una “cuestión organizativa, nada más”.
Sin embargo, ésa es más una excepción que una regla, ya que la mayoría de las empresas no hace caso al género sino a las áreas que mejor manejan los estudiantes.
Una de las grandes diferencias tiene que ver con los horarios, sobre todo cuando hay una maternidad en el medio. “Los hombres aprovechan más que las mujeres los horarios libres para seguir con la computadora”, sostiene la docente, mamá de dos varoncitos.
Un claro ejemplo se da con los trabajos de software libre. En un reciente foro latinoamericano del que participaron los docentes de la facultad de Informática platense, se dio como estadísticas que sólo 7 mujeres de 700 usuarios se interesaron por ese proyecto.
“El software libre consiste en instalar un programa donde no hay que pagar licencia y tenés las fuentes a tu disposición para hacer los cambios que quieras”, explica Banchoff.
El software libre, por lo general, lo hacen aquellos que en sus momentos de recreo buscan un laburito extra.
“Una de las cosas que se dijo en el foro es que la doble función de la mujer y el poco tiempo que les queda pueden ser los motivos de tan bajas cifras”, dice Banchoff.
El panorama en otros países
En países como España y Estados Unidos, hay tantas mujeres como hombres con un título universitario. A pesar de ello, encuentran empleos subordinados desde el punto de vista tecnológico.
Motivos de género o no, algunas firmas importantes decidieron hacer campañas mundiales para incentivar el acceso de las mujeres en trabajos informáticos.
“El año pasado, la campaña de IBM se hizo en Argentina y acá trajeron alumnas de colegio secundario para que vieran cómo era la carrera”, indica la docente y secretaria de Extensión de la Facultad de Informática, Claudia Banchoff.
Por otro lado, hay muy pocas chicas al frente de cargos jerárquicos en Informática. “Las mujeres podrían tranquilamente ejercer esos cargos, de hecho acá ocurre al revés, todas mis segundas líneas son mujeres”, dice entre risas Javier Díaz, decano de la Facultad de Informática.
Según un estudio reciente del portal “Mujer Profesional y Sectores Económicos”, de España, tan sólo uno de cada cinco puestos informáticos está ocupado por una mujer. Las empleadas en el sector tecnológico tampoco salen bien paradas en cuestiones jerárquicas: sólo hay una mujer por cada diez puestos directivos.
Por estas latitudes, en cambio, se da un nuevo fenómeno: el de las empresas pymes de la región que han comenzado a crecer en los últimos años y necesitan recursos humanos en Informática. Pues bien, en la facultad de 115 entre 49 y 50 encuentran la pata que les falta, y no importa el género.
La rama de programadores es la más solicitada por los empresarios, tanto que muchas veces la oferta no alcanza. Los sueldos, según el decano de la facultad, no son para nada despreciables. Sin embargo, muchas veces se torna un problema ya que muchos chicos que todavía no obtuvieron su título, terminan por abandonar la carrera para dedicarse de lleno al flamante trabajo.
“Después vuelven cuando se dan cuenta que para ascender a un cargo, por ejemplo, el título es importante”, indica Díaz.
Ese panorama se ve tanto en las chicas como en los hombres. “Se entusiasman con los altos sueldos hasta que analizan que no les conviene trabajar sin diploma”, dice el decano de la Facultad de Informática.