NUEVA YORK . Las embarazadas con trabajos físicamente demandantes y horarios prolongados o irregulares tendrían alto riesgo de tener un parto prematuro o dar a luz un bebé de bajo peso, sugirió un nuevo estudio.
Los autores hallaron que, entre más de 1.000 embarazadas, las que decían tener trabajos con alta demanda física presentaban más riesgo de tener un bebé de bajo peso.
El 21 por ciento de esas mujeres tuvieron un bebé de bajo peso, a diferencia del 14 por ciento de las participantes con menor demanda física en el trabajo, publicó la revista BJOG.
Además de esas exigencias, el horario prolongado y el trabajo por turnos o temporal estuvieron asociados con parto prematuro o bajo peso al nacer.
Las mujeres que trabajaron más de 40 horas por semana o por turnos tenían un alto riesgo de tener un bebé de bajo peso. Las que hacían trabajos temporales, tenían cuatro veces más riesgo de parto prematuro que aquellas con un empleo estable.
El estudio no pudo identificar los motivos de esas relaciones, explicó el equipo de la doctora Isabelle Niedhammer, del University College de Dublin, en Irlanda.
En el caso de los empleos temporales, dijo Niedhammer a Reuters Health, podría ser que ese tipo de trabajo tenga peores condiciones, incluido un mayor estrés.
Por su parte, la investigadora explicó que el trabajo con alta demanda física, como los que exigen levantar peso, transportar cargas pesadas o estar de pie durante mucho tiempo, estuvo asociado con complicaciones del embarazo en estudios previos.
En el nuevo estudio, las mujeres con empleos que no exigían demasiadas habilidades eran más propensas a trabajar por turnos, tener horarios prolongados o tener ocupaciones demandantes físicamente.
El equipo tuvo en cuenta también factores como la educación de las mujeres y sus hábitos, como fumar, y halló que las condiciones laborales parecían afectar el resultado del embarazo, independientemente de los factores socioeconómicos.
Según Niedhammer, los resultados indican que las mujeres deberían hablar con sus médicos sobre sus ocupaciones en la primera consulta prenatal y, si es necesario y posible, modificar sus condiciones laborales.
Dado que esas condiciones se pueden modificar, el equipo concluyó que se necesitan más estudios sobre cómo ciertas condiciones pueden afectar la salud de un embarazo.