Más del 60% de las empresas expatría cada vez más a sus trabajadores en el corto plazo (menos de un año), en tanto que una de cada cinco recurre a la fórmula de expatriación clásica (de uno a cinco años), según el estudio ‘Beneficios para Expatriados 2005/2006 elaborado por Mercer HR Consulting.
A largo plazo (más de cinco años), el 38% de las multinacionales encuestadas prevé reducir la expatriación de sus profesionales para mantener la flexibilidad operativa en una economía global.
Para la elaboración de este informe, Mercer ha colaborado con 232 compañías, que suman en total más de 50.000 trabajadores expatriados. De ellos, el 28% se encuentran en Europa, el 22% en Norteamérica, el 22% en América del Sur, el 20% en Europa del Este y África, y el 8% en Asia-Pacífico.
Caso todas las empresas participantes en este estudio consideran que el diseño de políticas de beneficios para expatriados es una prioridad media o alta, si bien una de cada cuatro no tiene definida una política de este tipo.
Según Mercer, las expatriaciones son muy valoradas por las empresas, pues ayudan a poner en marcha nuevos proyectos. De ahí que las empresas seleccionen con mucho cuidado a los empleados expatriados y establezcan para ellos un paquete de beneficios superior a la media. En este sentido, el estudio revela que el 90% de estos profesionales está de acuerdo con su paquete de beneficios.
MÁS BENEFICIOS EN EUROPA.
Las multinacionales europeas ofrecen más beneficios a sus expatriados que las norteamericanas, aunque en este segundo caso pueden acceder a una mayor oferta de beneficios con algún coste para su bolsillo.
Asimismo, las empresas europeas se inclinan principalmente por tener planes de pensiones de aportación definida que sus colegas estadounidenses. Así, el 71% de las compañías europeas ofrece a sus expatriados este tipo de planes de pensiones, mientras que en Estados Unidos este porcentaje se reduce hasta el 50%.
También las aportaciones de las empresas europeas a dichos planes de pensiones son mayores que las realizadas por compañías norteamericanas, con una media del 8% frente al 6%, respectivamente.