Durante la mañana del viernes, docenas de grupos de la guardia costera patrullaron la costa para detectar los lugares donde el petróleo había empezado a fluir.
Los habitantes del sur de Lousiana, deberán acostumbrarse a recibir oleadas de petróleo en sus costas durante los próximos meses, lo que provocara un desastre que algunos vaticinan será mayor al ocurrido por el Exxon Valdez que destruirá la fauna local y afectará el ecosistema de la región y los islotes que la circundan.
Desde el jueves el olor al petróleo es persistente y los primeros vestigios del derrame empezaron a llegar por lo que ya se iniciaron las tareas de
limpieza que lograron recoger miles de barriles de agua mezclados con petróleo.
El gobernador Boby Jindal declaró Desastre Estatal y pidió a la petrolera que administraba la plataforma, British Petroleum que colabore en frenar el arribo de petróleo a las costas mientras que el Presidente Barack Obama desplegará la Guardia Nacional.
BP está trabajando en un plan de recogida de crudo según sale de las tres pérdidas existentes en el pozo submarino, mediante la construcción de dos embudos de cobre que lo canalicen. Se tardaría entre dos y tres semanas poner esta solución en práctica y podría no funcionar.
Para esto está entrenando a miles de ingeniernos que podrían empezar hoy mismo.
El pasado 22 de abril, ocurrió la explosión y hundimiento de la plataforma petrolífera perteneciente a la British Petroleum en el Golfo de México.
Además de daño ambiental los pescadores de Louisiana acaban de demandar a la empresa ya que consideran en peligro las mayores reservas de humedales del país y los habitats casi vírgenes de contaminación para ostras, cangrejos, camarones, pájaros y otras especies de la vida salvajes.
El sector pesquero mueve 2600 millones de dólares y provee el 25% del pescado que entra al país.
Alrededor de 1.000 barriles de petróleo al día se escapan desde los restos de la instalación que se encuentra en el fondo del mar 1.500 metros de profundidad.
La Guardia costera está monitoreando los esfuerzos de la BP para contener y frenar la mancha de petróleo.
David Kennedy de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica Federal dijo a la agencia AP: "Tengo miedo. Esto es algo muy muy grave. Y los recursos y esfuerzos que se necesitarán para intentar frenar esto son espectaculares".