Comunicaciones Corporativas abarca las comunicaciones externas e internas que se desarrollan en una organización con el fin de cumplir sus objetivos de negocio.
La comunicación externa, son las relaciones que establece la empresa con actores externos, como medios de comunicación, organizaciones civiles, el gobierno, entre otros.
Las comunicación interna agrupa los mensajes que emite y la relación que desarrolla la organización con sus empleados y proveedores. En muchas organizaciones, las áreas de Comunicaciones Externas e Internas se encuentran bajo direcciones separadas; comunicación interna depende de la Dirección de Recursos Humanos, mientras que las Comunicaciones externas de la Dirección de Comunicaciones Corporativas. Mantienen poco contacto entre sí. En otras empreambas áreas se encuentran estratégicamente entrelazadas logrando una retroalimentación importante, que hace que los objetivos se cumplan de manera exitosa.
comunicación externa: Son las comunicaciones que la empresa genera con actores externos a ella. Son las relaciones que mantiene con los medios de comunicación, el gobierno, gobiernos provinciales, la comunidad y sus clientes. En la mayoría de las grandes Compañías hay un Director de Comunicaciones Corporativas ó Relaciones Externas o Relaciones Institucionales. A su vez tiene a su cargo varias Gerencias que gestionan la publicidad, patrocinios, responsabilidad social empresaria, marketing y relaciones con los medios.
comunicación interna : Son las comunicaciones donde interactúan los empleados y la organización. Tiene que ver con generar canales de comunicación con el público interno a fin de generar una relación más fluida que permita el mejor desarrollo organizacional. Sólo en grandes empresas europeas y estadounidenses hay Directores de Comunicación Interna. Pero en el resto de los países o empresas medianas tienen Responsables de Comunicaciones Internas que son los que diseñan acciones de comunicación e intercambio de información entre la empresa y sus empleados.
Las comunicaciones corporativas son clave en la estrategia competitiva. El modelo de organización vertical que entiende las comunicaciones corporativas como la compra de espacios publicitarios en medios de comunicación está llegando a su fin.
El nuevo modelo que cobra fuerza es el que privilegia la comunicación. Los empelados quieren saber que pasa y poder dialogar con la Alta Dirección cuando lo crean necesario. Necesitan información que les sirva para su desempeño, información sobre actividades de la empresa en el exterior y nuevos lanzamientos.
El responsable de relaciones institucionales es el nexo entre el gobierno, las cámaras empresarias y la empresa.
No hay empresa sin comunicación. No hay organización sin relaciones. Muchas empresas que encuentran dificultades en implementar modelos de cambio organizacional o en estructurar una fusión porque antes no han dado importancia a las comunicaciones corporativas. No han aceitado convenientemente sus vínculos con periodistas y comunicadores sociales. Cuando quieren salir en los medios pagan la publicidad y listo. No les preocupa que piensan los empleados sobre la empresa. Si hacen Encuesta de Clima, nunca implementan acciones en base a resultados. Jamás han provisto a su gente de información de interés para ellos.
Y de repente un buen día, la desesperación. Bombardean la empresa con consignas tipo: “A partir de tal día todo cambiará….nos fusionaremos con….”, “Seamos amables con los nuevos colaboradores”, “Hay que hacer esto, lo otro”…etc. Indicaciones y “ordenes” de todo tipo en carteles de colores, reuniones para bajar información en cascada todos los días. Quieren que cientos de periodistas vayan a la conferencia de prensa sobre la fusión; pero todo esto está destinado al fracaso.
La comunicación se alimenta y crece día a día. Es una retroalimentación permanente donde la empresa debe ser la protagonista.
La información que envía la empresa, si bien debe ser abundante y a través de distintos canales, tiene que priorizar la calidad. ¿A quien no le importa qué hace el CEO día tras día? Los empleados quieren saber que no están alienados, que no son el engranaje de una máquina gigante. Las personas necesitan identificación, personalización, salir (aunque sea mentalmente) con una buena lectura de la rutina, y a la vez sentirse motivados. Y esto se logra con una buena gestión de las comunicaciones corporativas.
Pasó hace años la Era donde guardar información era sinónimo de poder. En los años de la Guerra Fría, o del Welfare State (o Estado de bienestar) es lógico que primara esa conducta en todo tipo de organizaciones. Durante la Guerra Fría, organizaciones como la CIA o la KGB monopolizaban el tráfico de información en el mundo. Y esa conciencia de “no dar información al enemigo” también se tradujo a las organizaciones empresarias y en la mente de las personas. Por eso no se compartía información. Era la antítesis del éxito. Más tarde con el Estado de Bienestar, sindicatos, gobierno, Iglesia y empresas de acuerdo en el modelo de país, no necesitaban compartir información con nadie.
Pero en los ’80, el fenómeno y la apertura informativa que lograron los medios de comunicación, especialmente la TV y los medios gráficos cambió el paradigma. Se generaron nuevos negocios, jamás pensados, fue declinando el modelo de Estado de bienestar para pasar a una liberalización total de la información.
Ahora quien no comparte lo que sabe, tampoco recibe información de otras personas, queda en la parálisis. No puede hacer mucho más de lo que sabe. Es la Era del intercambio. Las organizaciones son redes conversacionales. De cada conversación surge una acción simple o compleja o surge información para dar lugar a otras conversaciones. Por eso el quid de muchos negocios está en tener relaciones “lo más cercanas posibles” con distintos actores. Y esto se logra a través de la comunicación.
muy buen articulo, gracias
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