La crisis financiera produjo en Bariloche, durante el primer trimestre 172 despidos, de acuerdo a la base de datos del Sistema Integrando de Jubilaciones y Pensiones – ANSeS, de los cuales el 88 por ciento (151 casos) se concentraron en las pequeñas y medianas empresas.
El dato fue incluido en un completo informe del Centro de Estudios Regionales (CER) -que conduce Hugo Monasterio-, que abarca otros aspectos de la economía local.
La cantidad de desvinculaciones laborales corresponden –se desprende de la procedencia de la información- del sistema formal de la economía de Bariloche, ya que los despidos de trabajadores “en negro” no pasan por el registro mencionado.
Según el trabajo del CER “entre el 8 de enero y 26 de marzo de 2009, se comprueban 172 desvinculaciones laborales por despido o extinción de contratos a término. De ellos, sólo 21 casos (12%) se produjeron en empresas con más de 50 empleados; mientras que los 151 restantes (88%) ocurrieron en PyMES y micro-PyMES.
Así, se entiende que “los emprendimientos más pequeños son los menos resguardados frente a la declinación que muestra la actividad productiva nacional”. Para el CER los factores que incluyeron en este escenario, son “la ausencia de crédito en el sistema bancario; el consecuente recorte de la cadena de financiamiento en los circuitos comerciales; la sostenida presión fiscal desde las estructuras tributarias, por la necesidad de recaudar; la visible retracción de la demanda, no sólo por inflación (que se fue aplacando, pero persiste), sino también por temores a perder el empleo; y el crecimiento de los costos operativos, con correlativa pérdida de beneficios económicos”.
El trabajo realiza diversas estimaciones del campo económico-laboral tomando como parámetro de análisis una proyección poblacional, “conservadora” según el propio Informe, de 130.735 habitantes en la ciudad; de los cuales 60.398 (es decir, el 46,19%) constituyen la "población económicamente activa".
“Las restantes 70.337 personas (53,81% de los habitantes locales) componen la ‘población económicamente pasiva’; o sea, quienes se sustentan ya sea en base a ingresos generados por otros (amas de casa, niños, jóvenes que no buscan trabajo, discapacitados funcionales), a través de ingresos acumulados anteriormente por ellos mismos (jubilados, pensionados), o bien con recursos proporcionados por el Estado a través de sus planes sociales”, se indicó.
El trabajo –que se publica completo en link aparte- afirma que “entre las 60.398 personas que conforman la población económicamente activa, 50.280 (83,25%) tienen un empleo permanente o transitorio que les insume 35 o más horas semanales; por lo tanto, se los considera ‘ocupados’”; mientras que otros 5.620 trabajan menos de 35 horas semanales, razón por la que técnicamente se los clasifica como ‘sub-ocupados’”.
De este cálculo, para el CER se desprende que, de la población económicamente activa, unas 4.498 personas están desocupadas.
Es decir que la desocupación en Bariloche –siempre en el plano de la economía formal- se ubica en el orden del 7,45 por ciento. Este dato implica un incremento en el último trimestre, teniendo en cuenta que el mismo estudio plantea que a comienzos de 2009 el índice alcanzaba el 7,1 por ciento.
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