MADRID. El Partido Popular se quedó solo en el pleno del martes en la defensa de su "contrato de integración" para inmigrantes, al no contar con el apoyo de ninguno de los grupos parlamentarios.
Con la presentación de esta propuesta ante la Cámara Baja, el principal partido de la oposición recuperó una de sus propuestas electorales más criticadas en los últimos comicios: obligar a los inmigrantes a firmar un documento por el cual se comprometan a aprender la lengua, cumplir las leyes y respetar las costumbres españolas, entre otras cuestiones.
Rafael Hernando, diputado del Partido Popular, defendió este contrato como un mecanismo para respetar los derechos y libertades democráticos "alcanzados con el paso del tiempo".
Según los ‘populares’, su iniciativa resulta fundamental para evitar que penetren en España costumbres como el sometimiento de la mujer al hombre, la vulneración de la libertad religiosa, la poligamia o la mutilación genital.
"Los inmigrantes deben tener los mismos derechos que los nacionales, pero también las mismas obligaciones", añadió Hernando, que consideró el contrato positivo para ambas partes.
XENOFOBIA EUROPEA
Desde el PSOE se acusó al PP de defender una iniciativa con origen intelectual en la extrema derecha europea.
"Los contratos de inmigración tienen un indudable fondo xenófobo, desprecian la Constitución y las leyes como fuente de valores, de obligaciones y de derechos", aseguró José Antonio Alonso, portavoz socialista en el Congreso.
El grupo parlamentario de CiU presentó una enmienda de sustitución rechazada por el PP. En su propuesta, la formación catalana planteaba un Pacto de Estado en materia de inmigración que sustituyera el contrato de integración en debate.
Actualmente, en países como Holanda, Reino Unido o Alemania se realizan ya otras fórmulas de integración como exámenes a los extranjeros que pretenden establecer su residencia dentro de sus fronteras.