LONDRES. El número de solicitudes de subsidio por desempleo presentadas en Reino Unido creció el pasado mes de julio a niveles inéditos desde la recesión que el país sufrió la pasada década de los 90, con 20.100 nuevos demandantes, en lo que supuso el sexto incremento mensual consecutivo y que eleva el total a 864.700 personas.
Según datos de la Oficina Nacional de Estadística, el número de desempleados del segundo trimestre de este año alcanzó las 60.000 personas, con lo que la tasa alcanza ya el 5,4% de la población activa, 1,67 millones, síntoma, en opinión de los analistas, de que la ralentización económica está empezando a afectar al mercado laboral británico.
Los datos son especialmente desalentadores, puesto que no sólo son los peores desde diciembre de 1992, sino porque se disparan respecto de las previsiones ya pesimistas de la ‘City’ y sugieren la entrada en una severa depresión económica. La evolución del desempleo tiende a ser la última en confirmar una situación de este calado, ya que las empresas comienzan a desprenderse de capital humano cuando constatan una situación de clara debilidad.
Además, los 60.000 nuevos parados que se registraron en el segundo trimestre suponen el mayor aumento desde mediados de 2006 y el cuarto consecutivo, por lo que la tasa subió dos décimas respecto a los tres meses anteriores, hasta el 5,4%. Por su parte, el número de los puestos vacantes en la economía se recortó en unos 47.000, hasta un total de 615.000, el más bajo en año y medio y prueba de que la demanda de trabajo se encuentra en franco retroceso.
El único apartado positivo aparece en los niveles retributivos, con un impacto menor del previsto, ya que los sueldos, excluyendo bonos por los tres meses transcurridos hasta junio, crecieron una media anual del 3,4%, la menor en cinco años, lo que revela que la ralentización está controlando el crecimiento salarial.
Pese a ello, el Banco de Ingleterra teme que su evolución acabe influyendo en una inflación aún mayor que la que ya registra Reino Unido, del 4,4%, más del doble de las previsiones del 2% fijadas por el Gobierno.