El gobierno de Italia presentó el miércoles los pormenores de su polémica reforma laboral, y dijo que si bien permite que los trabajadores sean despedidos con mayor facilidad, también provee más oportunidades de empleo, en particular para los jóvenes.
El primer ministro Mario Monti y la ministra del Trabajo Elsa Fornero esbozaron el proyecto de ley luego de obtener el respaldo de los tres principales partidos el martes por la noche. Monti dijo que esperaba que a la luz del apoyo recibido, el parlamento apruebe el paquete de reformas "tan pronto como sea posible".
El sindicato más grande de Italia, Cgil, no ha cejado en su oposición a la reforma y prometió convocar a una huelga general. No hubo comentario inmediato del sindicato luego de que se presentaron los detalles el miércoles.
Entre otras cosas, la reforma incluye el discutido tema de facilitar el despido de trabajadores junto con otras medidas para que los jóvenes se sumen a la fuerza laboral y se terminen las medidas discriminatorias contra las mujeres.
Monti dijo que el objetivo es fomentar el empleo y el crecimiento económico, dos pilares de su agenda que se han vuelto más urgentes luego de que Italia cayó formalmente en recesión en el primer trimestre del año y reportó una tasa de desempleo de 9,6% en los últimos tres meses, o 32,6% de los italianos de entre 15 y 24 años.
"Es una reforma al mercado laboral para el crecimiento y el empleo", dijo Monti.
Un objetivo clave, dijo, es eliminar la "dualidad" presente en el mercado laboral italiano, en el que ciertos empleados tienen esencialmente empleos de por vida, mientras que otros, los jóvenes en particular, tienen empleos inestables de medio tiempo o están por completo excluidos de las profesiones.
Fornero reconoció que los italianos podrían tener dificultades para aceptar los cambios, en particular en lo referente a facilitar el despido de empleados.
Pero "el mundo ha cambiado, y tenemos que tratar de adaptarnos a un mundo distinto", señaló.
La ministra dijo que planeaba realizar una gira por Italia para explicar los cambios a los italianos de a pie, en especial a estudiantes universitarios y a sindicatos que son los que más fervientemente se han opuesto.
La propuesta para facilitar los despidos fue moderada para cumplir con las demandas de los partidos de izquierda.
Los líderes políticos negociaron una solución que aumentaría los requisitos para que los patrones demuestren por qué no pueden recontratar a un trabajador que fue despedido por razones económicas.
Las medidas también contemplan indemnización o restitución en casos donde se demuestre discriminación, o si una medida disciplinaria no está justificada.