Conductores, supervisores, interventores, personal de control, de mantenimiento de instalaciones, administrativos, informadores, directivos.
Todavía faltan casi dos años para que abra y la expectación por las oportunidades laborales que brindará el metro ha llevado ya a 7.500 malagueños a presentar su currículum. Durante el primer año de andadura, esta infraestructura supondrá una oportunidad de trabajo para 440 personas, según se desprende de la relación de puestos facilitada por Ferrocarriles Andaluces, dependiente de la Consejería de Obras Públicas de la Junta, y que seguirá el mismo patrón que se ha empleado en la puesta en servicio del metro de Sevilla.
En concreto, la explotación de la línea 2 (Carretera de Cádiz) y el tramo en superficie de la línea 1, que unirá los dos campus de Teatinos, ambas previstas para finales de 2011, requerirá la contratación de 160 profesionales (entre personal de operaciones, administrativos y directivos). A estos puestos de trabajo directos hay que añadir el de las empresas subcontratadas para prestar servicios externalizados, como son la seguridad y la limpieza, y que suman otros 180 empleos indirectos. En total, 340 personas en activo con carácter indefinido. A estos, el director del Metro de Málaga, Enrique Salvo, suma los cien informadores que serán necesarios para orientar y aconsejar a los usuarios, y que estarán en plantilla al menos durante el primer año de servicio.
El grueso de los profesionales de la entidad concesionaria corresponde al denominado personal de operaciones (127 personas), con la siguiente distribución: 51 conductores, 34 supervisores comerciales, ocho supervisores interventores, seis jefes de sala del puesto de control, siete operadores de puesto de control, cinco jefes de línea, 16 técnicos de mantenimiento de instalaciones y 33 técnicos administrativos y de dirección. Si se hace un paralelismo con el perfil de la plantilla de Sevilla, la edad media estará en torno a los 32 años, y la mayoría serán oriundos de la misma provincia. En cuanto a su formación, la mayoría se reparte entre ingenieros técnicos y superiores y titulados en FP II en las ramas de Electrónica y otras.
El proceso para la formación y selección del personal se iniciará aproximadamente doce meses antes de la inauguración, esto es, a finales de este año. La preselección se encargará a una consultora de recursos humanos, que insertará anuncios en los periódicos locales para publicitar las convocatorias. Se hará una primera criba para acreditar la formación académica y la experiencia requerida y una tanda de contactos y pruebas psicotécnicas. Los seleccionados se remitirán a Metro Málaga para una entrevista personal. Esos candidatos recibirán cursos de formación teórica y se enfrentarán a una prueba final. Este capítulo dura dos meses y medio, de ocho horas diarias y sin remuneración.
El 80% de estos serán contratados y el 20 % restante pasará a formar parte de una bolsa de trabajo para atender futuras necesidades. En el caso de Sevilla, la mayoría de las personas que formaban parte de la reserva pasaron a engrosar la plantilla definitiva. Por último, el personal contratado iniciará un proceso de formación práctica con una duración de dos meses y medio. Para los cursos, Metro Málaga contará con el asesoramiento de Metro de Sevilla, Metro de Madrid y de CAF, el fabricante de los trenes. En cuanto a los directivos, se buscará a personas con experiencia en transporte ferroviario, de otros metros o de Renfe.
Proceso de selección
Como dato llamativo, fuentes de Ferrocarriles Andaluces explican que la puesta en servicio de esta infraestructura creó una ilusión y unas expectativas tales que los candidatos que habían superado la última fase de preselección e iniciaban la de formación tuvieron que pedir excedencias o se arriesgaron a perder incluso un puesto de trabajo fijo, la mayoría en la industria aeronáutica y las empresas auxiliares de ésta -puesto que los horarios de la formación teórica impedían compaginarla con su actividad laboral- y ello a pesar de no tener la seguridad de ser contratados. Durante este periodo tampoco recibieron ningún sueldo.
El baremo no incluye puestos para servicios tales como taquillas de venta de billetes por las características técnicas de la explotación, con sistemas muy automatizados, mediante máquinas expendedoras y tarjetas sin contacto como la del Consorcio de Transportes Metropolitano de Málaga.
El director de la Oficina del Metro, Enrique Salvo, se muestra muy optimista en cuanto a las oportunidades laborales que brinda para la provincia. «Un equipo de 340 personas para iniciar el metro es un buen horizonte, y mientras seguiremos con las líneas en construcción y en ampliación, es una infraestructura que va creciendo hacia la ciudad y su área metropolitana». A ellos, añade los cien informadores que serán necesarios para orientar y aconsejar a los usuarios durante el primer año. Al tiempo, recuerda que durante la fase de construcción los tajos ya están dando empleo a unos 3.000 obreros y técnicos, 1.322 directos y el resto de forma indirecta, y se compromete a buscar fórmulas para que esta iniciativa ayude a paliar el alto nivel de paro a nivel local.
Salvo va más allá y considera que el suburbano supondrá un nicho de empleo para la ciudad a largo plazo -«una infraestructura de larga duración que no termina», dijo- y anuncia que en enero el metro celebrará unas jornadas de trabajo con empresarios de Málaga para invitarles a que apuesten por el desarrollo de tecnología para esta infraestructura, a través de circuitos de emprendedores como el del PTA, «para que lo conozcan y vean que muchas ciudades cercanas aspiran a tenerlo, por lo que tenemos que estar en vanguardia. El metro es una posibilidad de desarrollo a la que Málaga debe aspirar tecnológicamente», destaca.