“Desde hace veinte años, las y los jóvenes de las Cuencas viven sin la seguridad, sin las referencias y sin los modelos de orientación que tradicionalmente servían para encauzar su desarrollo personal, toda vez que el proyecto de vida ligado a la mina que había marcado a las generaciones anteriores está definitivamente agotado”. Ésta es la base de las conclusiones a las que ha llegado el informe «Una mirada a la juventud de las comarcas mineras asturianas», realizado por el sociólogo alemán Holm-Detlev Köhler en colaboración con Vanessa Martín y cuyos resultados sitúan a los jóvenes de 16 a 29 años del Nalón, Caudal y Narcea como los últimos de Asturias en emanciparse de la casa paterna; unos de los más afectados por la tasa de paro y entre los que es más numerosa la migración, no sólo interna, sino también a Madrid, Barcelona e, incluso, al extranjero. El trabajo se sitúa como la máxima preocupación de los jóvenes. Un 42,8 por ciento de los encuestados lo sitúa como la mayor de sus inquietudes, aunque resulta significativo que la cifra que le sigue, un 11,1 por ciento, corresponda a aquellos encuestados que a la pregunta de cuál es su mayor problema no han dado una respuesta concreta: no saben o no contestan. El trabajo supera en más de 36 puntos a los temas de actualidad y los estudios. La tasa de paro en las Cuencas se sitúa entre las más elevadas de Asturias y tan sólo es superada por la de Tineo. En la distribución del desempleo registrado por edad y comarca en el año 2004, un 38,7 por ciento de los jóvenes de 16 a 29 años de la cuenca del Caudal carece de trabajo; le siguen Grado, con un porcentaje de 38,4, y Nalón, con un 37,6. Occidente y Narcea son los siguientes, con un índice del 36,9 y del 36,2, respectivamente. A pesar de las altas cifras, en los últimos cuatro años la tasa de desempleo ha descendido. Los jóvenes parados del Caudal, que en 2002 eran 1.706, pasaron a ser 1.555 en 2004. Sucede algo similar en la cuenca del Nalón, donde entre estas dos fechas la cifra disminuyó de 2.063 a 1.845. Ante el elevado número de desempleados, la solución más generalizada entre los jóvenes es la emigración. El estudio señala que «el éxodo de las Cuencas empezó a principios de los años noventa con el cierre masivo de las minas y forma, junto con el galopante despoblamiento de las zonas rurales, el núcleo de los crecientes flujos migratorios internos de Asturias». Los destinos elegidos mayoritariamente son los principales núcleos urbanos de la región, fundamentalmente Oviedo y Gijón, que en 2003 tuvieron un saldo positivo en la migración interna de 2.631 personas y 2.304, respectivamente, mientras que en el mismo año la cuenca del Nalón perdió a 379 jóvenes y la del Caudal a 920, seguidos del Narcea, comarca de la que emigraron, en total, 418. El desempleo se sitúa como la razón principal que aducen los encuestados cuando se les pregunta por la tardanza en la emancipación. Según el estudio, los jóvenes de las Cuencas «trabajan menos, estudian más y viven más tiempo en casa de sus progenitores, se casan más tarde y tienen menos hijos que en el resto de Asturias y de España». Un porcentaje del 85,9 de los encuestados en el Caudal vive con sus padres; en el Nalón lo hace un 78,4, y en el Narcea el 59,5. Los medios económicos son la causa por la que un 41,1 de los encuestados no se ha independizado. Le sigue el hecho de estar estudiando y, por tanto, estar desempleado. Un 17 por ciento asegura no abandonar el domicilio paterno por sentirse cómodo, algo en lo que los investigadores han hecho especial hincapié recogiendo opiniones de jóvenes que aseguran estar «acomodándonos a vivir con los padres por tener una calidad de vida muy buena».
Jóvenes sin empleo, que viven con sus padres y están predispuestos a emigrar
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