Que ningún director de recursos humanos de una gran empresa española se eche las manos a la cabeza cuando lea la siguiente información, pero cada vez están perdiendo peso dentro de la gestión empresarial de sus organizaciones. Las empresas españolas conceden cada vez menos importancia a los departamentos de recursos humanos en la planificación de su estrategia. A esta conclusión ha llegado el 06 Informe Cranfield Esade, realizado a partir de una encuesta a responsables de recursos humanos de empresas españolas, que en esta edición se ha centrado en la gestión estratégica de recursos humanos.
En las etapas de decisión estratégica corporativa, la importancia que se da a los departamentos de recursos humanos ha disminuido en la última década, pasando del 63% en 1995 a 57% en 2005, las ocasiones en las que este colectivo participan desde el inicio en las decisiones de estrategia. Su participación en los procesos de implantación también ha disminuido en tres puntos, mientras que ha aumentado el número de ocasiones en el que no se les consulta durante el proceso de decisión de la estrategia corporativa. Todo esto se debe, según apuntó ayer el profesor del departamento de recursos humanos de Esade, Carlos Obeso, a la falta de ‘implicación de los responsables de este departamento en el negocio, debido a que muchos directores de recursos humanos tienen un conocimiento muy superficial de las claves y el lenguaje del negocio y esto afecta a la legitimidad de la función’.
Por el contrario, dónde gana protagonismo esta figura es en las relaciones laborales y en los procesos de selección y de reclutamiento. Esta evolución se debe, en parte, ‘a las importantes y bruscas reducciones de plantillas de la última década, que mayoritariamente han afectado a personas mayores de 40 años produciéndose una pérdida de capacidad de gestión en las líneas intermedias’. Sin embargo, la internacionalización de la economía española y la consecuente pertenencia de las empresas a grupos corporativos internacionales, ha restado importancia a los departamentos de recursos humanos, al centralizarse en la sede de la corporación las políticas de retribución y recompensas, así como la ampliación y reducción de plantillas y desarrollo directivo.
Uno de los retos que tiene por delante este colectivo es la formación. Sirva como ejemplo el siguiente dato: España se encuentra por debajo de la media de los países de la Europa de los 15 en cuanto al número de empleados que reciben formación por parte de la empresa. A pesar de encontrarse lejos del resto de países de la Unión Europea, en los últimos diez años se ha incrementado el dinero invertido en formación y en contrapartida ésta se ha vuelto mucho más selectiva, tanto en las categorías de la plantilla como en los contenidos. En cuanto a la categoría directiva, la formación y el desarrollo deben ‘mejorar de forma sustancial en calidad y novedad, admitiendo que esta novedad exigirá una mayor capacidad de gestión que es en definitiva uno de los retos a asumir por los departamentos de recursos humanos’. Otros objetivos a tener en cuenta son la alineación estratégica de la cultura, el clima laboral (motivación y productividad), así como el reclutamiento y selección. Se trata, en definitiva, de esforzarse en captar talento directivo y selección. Por el contrario, uno de los temas de moda sobre todo en los medios de comunicación, como es la conciliación de la vida personal y laboral, no aparece como prioridad para los departamentos de recursos humanos. El informe Cranfield añade que ‘si pensamos que las políticas de conciliación se orientan en la retención de la mujer en el mundo laboral, este escaso interés demuestra que esta retención no es un problema prioritario’.
Los retos del futuro
Cultura
Los objetivos más inminentes de los departamentos de recursos humanos se centran en la necesidad de crear una cultura orientada al logro y la de atraer y retener a los buenos profesionales. Esto significa hacer frente a los retos a los que se enfrenta la actual sociedad del conocimiento.
Selección
La internacionalización explica el crecimiento del reclutamiento externo de directivos que ha crecido sustancialmente, según el estudio presentado ayer por Carlos Obeso. También lo justifica el retraso en la implementación de las políticas de gestión del talento y por el egoísmo de algunos directivos que prefieren buscar el talento fuera que desarrollarlo dentro.
Entrevista
En la última década, los procesos de selección no han cambiado en su esencia, siendo la entrevista individual el método más utilizado sobre todo en la categoría de directivos y profesionales cualificados.
Se observa además, según el informe Cranfield Esade, un cambio en los procesos de reclutamiento, debido a que se priman los métodos centrados en lo que el candidato hace más que en lo que realmente es. Se trata de una tendencia que refleja la creciente asimilación por parte de las empresas de la filosofía de la gestión por competencias.
Comunicación
Las relaciones de recursos humanos con las plantillas se ha agilizado, en detrimento de los representantes sindicales o comités de empresa.
Un departamento femenino
Los cambios sociológicos del siglo XX han influido en la composición de los departamentos de recursos humanos, en especial la incorporación de la mujer al mercado laboral. El porcentaje de mujeres empleadas en el área de recursos humanos aumentó en la última década un 8%, cinco puntos por encima del crecimiento de la población activa femenina española en el mismo periodo de tiempo. El número de mujeres en estos departamentos supera en 2005 al de hombres en un 2%, aunque este porcentaje no se corresponde con el número de mujeres en los puestos de responsabilidad, que alcanza el 15%. Sólo el 13% de los empleados de este área esta bajo la dirección de una mujer. Aunque, tal y como explica el estudio Cranfield Esade, la presencia femenina en el cargo de dirección de recursos humanos es baja en relación a la presencia global en los departamentos pero es, sin embargo, más alta que la media de mujeres directivas. Se trata de un departamento atractivo para las mujeres, según Carlos Obeso, por la alta capacidad que tienen éstas para manejar las relaciones humanas.