Según revela el último informe presentado por la consultora Tatum y denominado “El estado de salud de la empresa en España” – que estudia los principales padeceres de 15 sectores empresariales- el de la farmacia, es junto al sector de la cosmética, el que más estrés sufre. Una realidad que para Asefarma una de las Asesorías de Farmacias líderes del país, debería tener cura lo antes posible.
“El estrés no debería darse en ningún sector profesional, puesto que influye negativamente en el desempeño del puesto de trabajo y contamina el ámbito laboral. Tiene consecuencias negativas para todas las organizaciones, tales como absentismo, disminución de la productividad, pérdidas de profesionales cualificados… Entendemos que el problema es más grave si cabe, en las empresas en las que parte del trabajo consiste en la atención al público, como puede ser la oficina de farmacia”, explica Eva María Illera Rodríguez, responsable del Departamento Laboral.
Así las cosas Asefarma tiene claro que los farmacéuticos están estresados por diversos factores: “Aunque el grado de estrés aumenta o disminuye dependiendo de cada persona cabe destacar que este siempre se produce por la falta de autonomía y capacidad de decisión, falta de oportunidades de desarrollo profesional. A esto hay que sumar la actual coyuntura socioeconómica que da lugar a factores de riesgos emergentes que no se daban hace unos años: como el aumento de la inseguridad respecto al trabajo o la falta de posibilidades para conciliar el trabajo con la vida laboral”, añade la directiva.
Pero con los datos de este estudio en la mano surge una pregunta: ¿se pierden mucho los nervios en las reboticas?. Para esta experta la respuesta es negativa. “Esto no se produce ya que estamos hablando de profesionales cualificados, que entienden que en su trabajo se pueden dar situaciones comprometidas, pueden por ello estar estresados, pero rara es la ocasión en que llegan a perder los nervios”.
En cuanto a las medidas que Asefarma aconseja a sus casi 300 socios farmacéuticos para salir lo mejor parado posible, estos pasan por fórmulas tan sencillas como “mejorar la comunicación, dotar de oportunidades de desarrollo, fomentar el sentimiento de pertenencia a la empresa y facilitar conciliación vida laboral y personal. Somos conscientes de la dificultad de la farmacia en particular y de las empresas en general para buscar la mejora en la salud y satisfacción de sus empleados. Pero desde Asefarma, queremos insistir en la importancia que tiene lograrlo, puesto que una empresa con “estrés” se traduce en peores resultados”.
Por último, y volviendo a hacer referencia al estudio que indica que las farmacias de Madrid y Barcelona son las ciudades en las que más se sufre el estrés, Asefarma cree el ritmo frenético de la boticas más que de la ciudad donde se ubican depende de la tipología de la misma.
“Podríamos estar hablando de una farmacia pequeña en una gran ciudad o de una gran farmacia en un pueblo pequeño. Influye el entorno donde se ubica, la competencia de la zona o la afluencia del público”, finaliza.