Japón sufre un estancamiento de su economía desde hace 20 años. A esto se suma el grave impacto de la crisis economica mundial que ha reducido severamente las exportaciones niponas de insumos tecnológicos que fabrican sus principales empresas como Hitachi, Sony, entre otras. También la crisis de la industria automovilística afectó gravemente el país.
Japón vive desde hace un par de años la peor crisis de empleo después del fin de la II Guerra Mundial en 1945 y su población ha dejado de crecer.
104 millones de japoneses votan hoy en un clima político en un marco de recesión económica y creciente desempleo.
Los últimos sondeos apuntan a una victoria aplastante de la oposición liderada por el Partido Democrático de Japón que obtendría mayoría absoluta. Esto supondría un cambio histórico en Japón luego de una era de 54 gobiernos conservadores del Partido Liberal Democrático. Se espera un alto índice de participación con la esperanza de cambiar el modelo.
El país a su vez afronta el reto del envejecimiento de su población y la tasa de natalidad más baja del planeta.
Según las estadísticas uno de cada cuatro japoneses tendrá más de 65 años en 2015, lo que derivará en problemas para afrontar las prestaciones sociales.
La tasa de desempleo alcanza un 5,7% y la deflación es del -2,2%.
Japón alcanzó su máximo de población en 2006, con 128 millones de habitantes, a partir de entonces ha comenzado a decrecer y para 2050, el archipiélago estaría poblado por 95 millones de personas. Por cada 100 empleados de entonces habrá 73,8 pensionistas, según un estudio elaborado por la Comisión Europea. Hoy por hoy, la industria japonesa tiene el mayor índice de empleo de robots y avanza a toda máquina en este sector.
Empleo
Aunque tiene todas las posibilidades de ganar el centrista Partido Democrático de Japón, para los japoneses la palabra cambio tiene una connotación más negativa que positiva. Muchos japoneses culpan al régimen liberal de haber expulsado de su trabajo a millones de personas que comprometieron su vida con la empresa, en virtud al modelo japónes de trabajo para toda la vida y la familia de trabajador como parte de esa gran familia llamada empresa.
La crisis actual parece poner fin al modelo japonés de trabajo para toda la vida, y resta esperar las medidas del nuevo gobierno para revertir la recesión y sus consecuencias sobre el empleo.