La desigualdad social regresó a los niveles del año 2001. Según la Encuesta Permanente de Hogares que volvió a difundir el INDEC, hay 5,5 millones de trabajadores que no acceden a la canasta básica. Según las cifras de la distribución del ingreso, el 40 por ciento de la población tenía ingresos de entre 12 y 1000 pesos, mientras que el costo de la canasta básica, para una familia tipo de cuatro miembros era en ese mes de 1.007,9 pesos.
El 10% más rico de la población gana 26 veces más que el 10% más pobre. La situación de los sectores más desfavorecidos mejoró en comparación con 2003, aunque la brecha se mantiene en los mismos niveles que en 2001. Después de crecer durante cinco años a tasas chinas, 5,5 millones de trabajadores ganan menos de mil pesos mensuales y no tienen ingresos suficientes para acceder a la canasta básica. El INDEC volvió a publicar la información sobre la distribución de la riqueza después de más de dos años. El organismo dejó de difundir estas cifras el segundo trimestre de 2007 por considerar que presentaba fallas metodológicas.
La brecha entre el 10% más rico y el 10% más pobre se achicó desde 2003 hasta 2009. El decil más privilegiado ganaba 33,2 veces más que el 10% más pobre en 2003. La distancia se achicó hasta 26,2 veces en el segundo trimestre de este año.
El aumento del salario mínimo vital y móvil, la incorporación de los aumentos de sumas fijas al salario básico, el incremento de las jubilaciones mínimas fueron todas medidas que sirvieron para aumentar los ingresos de los trabajadores durante los primeros años del kirchnerismo. La situación empezó a revertirse cuando la inflación se aceleró y comenzó a comerse el salario de los trabajadores. Así, fueron perdiendo un mayor poder adquisitivo. La situación se agudizó aún más cuando estalló la crisis internacional y se perdieron 345 mil empleos.
Según la información que difundió el INDEC, el 10% de los trabajadores más pobres (1,3 millones) gana en promedio $ 216 por mes. El siguiente grupo, de 1,3 millones, percibe ingresos por $ 488 mensuales. Mientras que el 10% más rico recibe un salario medio de $ 5.669 mensuales, con personas que ganan más de $ 180 mil. El sueldo promedio del país es de 1.726 pesos. El INDEC estimó que una familia de cuatro integrantes necesita $ 1.045 para no ser considerada pobre. Así, los 5,5 millones de trabajadores que ganan menos de mil pesos mensuales no alcanzan a adquirir los alimentos y los servicios básicos.
A pesar de que el oficialismo remarca en sus discursos la necesidad de disminuir la brecha entre los más ricos y los más pobres, los ingresos de casi todos los hogares cayeron en comparación con el primer trimestre de 2009. El único grupo que percibe más dinero es el 10% más rico. El segundo trimestre obtuvo $ 9.801 mensuales, mientras que el anterior, $ 9.718 mensuales. Los ingresos del 10% más bajo obtienen 530 pesos.
“Desde 2007 en adelante, se agravó la situación del empleo porque en la economía no se invirtió lo suficiente y porque se puso un límite a la distribución del ingreso”, aseguró el economista de la CTA, Tomás Raffo. El investigador agregó que “en 2008 la crisis internacional agravó este panorama y comenzó a haber destrucción de empleo, lo que supone una fase peor”. “En estas condiciones, el trabajador acepta peores condiciones de trabajo: no ser registrado, horas extras. Debilidad para negociar mejoras salariales”, explicó Raffo.
Corina Rodríguez Enríquez, investigadora del Conicet, planteó dudas sobre la confiabilidad de los datos. La economista del Centro Interdisciplinario para el Estudio de Políticas Públicas manifestó que “la poca transparencia genera dudas sobre si los ajustes metodológicos son efectivamente necesarios o si los están haciendo para que no se note la manipulación por tocar arbitrariamente los precios”. Rodríguez Enríquez explicó que siempre se ajustan las estadísticas, pero durante ese lapso intermedio se mantienen las dos cosas, pero “en ningún lugar del mundo se discontinuó el acceso a la información por casi tres años”.