Deetz (1992) por ejemplo, afirmó que la comunicación organizacional padece las tendencias de la dirección y estas prácticas han acentuado la dominación jerárquica a través del lenguaje y el acceso a
Esto incluye muchos temas como los escándalos de
2. La comunicación es el proceso por el cual las organizaciones construyen y reconstruyen un marco moral o un clima interno ético. Esto es, la comunicación es el proceso por el cual las organizaciones definen su propia ética y el como esas creencias y valores son difundidos.
La comunicación en las organizaciones incluye una gran variedad de cuestiones éticas (Redding, 1996; Seeger, 1997) asociadas con:
privacidad del empleado
libertad de palabra en la empresa
honestidad
decepción
influencia sobre los demás
persuasión y coerción
diversidad
denuncias internas
cambio
poder, autoridad y control
liderazgo
legitimación
estilo de gestión
relaciones públicas
publicidad
El concepto de responsabilidad social corporativa o RSC I ha sido una parte muy importante de la ética en los negocios desde al menos principios del 1900. Los programas de RSC I fueron criticados, por apoyar formas de vivir de la clase media y sus valores, por convertirse en meras relaciones públicas, y para la influencia ellos a veces ejercían sobre la política social. Los filántropos también se quejaban de que ellos no son una agencia de beneficencia y que sólo el gobierno tiene los recursos y la legitimidad social para proveer con solidez servicios sociales (Buono and Nichols, 1995) Siguiendo esta crítica, una nueva tendencia llamada sensibilidad social corporativa o RSC II surgió basada en la apertura de las organizaciones, sinceridad y flexibilidad. Más cercano al modelo organizacional de stakeholders, el RSC II ganó terreno en un proceso que motivó a las empresas a entender y acomodar sus necesidades e intereses de grupos con un interés legítimo en la organización. (Sethi 1987; Buono and Nichols, 1995)
Cheney and Christensen (2001) argumentan que la comunicación organizacional externa ha sido diseñada para crear y mantener la identidad organizacional incluyendo importantes dimensiones éticas y morales.
1. cuidar la integridad de las fuentes de los mensajes
2. la capacidad de defender un mensaje en particular
3. legitimidad o modelo de las campañas de mensajes
4. el impacto práctico de mensajes o el efecto acumulativo de una serie de mensaje
5. la franqueza de la estructura de comunicación entre una organización y sus públicos/audiencia
6. la articulación o representación de intereses de gran público
7. la cuestión de responsabilidad compartida.
(Cheney and Christensen, 2001:259)
La ética de la comunicación organizacional es su parte más visible. De hecho en casos graves de faltas de conducta moral en el management, a menudo hacen que se fije la atención en temas éticos y crezca la concientización en torno a estos temas.
El segundo aspecto de los problemas éticos tiene que ver con los procesos de comunicación interna y sus audiencias. Esto incluye, privacidad del empleado, libertad para expresarse, diversidad, promover las denuncias de los empleados, cambio, poder y liderazgo. Estos aspectos internos de las organizaciones representan diferentes dominios morales porque las organizaciones generalmente tienen mayor autoridad para establecer y hacer cumplir estándares internos. El principio de la legitimidad organizacional sugiere que debe haber al menos cierta correspondencia entre los estándares de comunicación internos y externos. Estas dimensiones éticas internas han sido descritas como clima moral o cultura y tienen que ver con la forma en que son construidos y comunicados los valores y como los derechos de los empleados son cuidados y mantenidos. El clima ético es "la percepción compartida de cuales son los comportamientos éticamente correctos y cómo los temas éticos deben ser tratados" (Víctor and Cullen, 1988:104)
A pesar de que la ética interna y externa pueden ser vistas como diferentes, están relacionadas. Los fracasos en cuanto a la ética en la comunicación interna, como por ejemplo acallar las quejas de los empleados que están en desacuerdo con algunos temas, podrían derivar en fallas en la comunicación externa tales como engañar a los inversores o cometer fraude contra estos. De hecho, este modelo de de decadencia ética fue característico del reciente escándalo de Enron.