En primer lugar debemos saber que la grafología es el estudio de la escritura, como técnica para conocer la personalidad, actividad, inteligencia y temperamento humano. La grafología analiza distintos aspectos de la escritura tanto el tamaño de la letra, como la fuerza en que esta escrita, así como su inclinación y su trazo, incluso la forma general de la propia escritura.
Podemos destacar Francia, Alemania e Italia como países con una gran tradición en el estudio y aplicación de la grafología. Y en la actualidad la Escuela de Postgrado de la Universidad Autónoma de Barcelona está impartiendo un curso de peritaje grafológico y pericia caligráfica judicial.
Ya desde tiempos antiguos, remontándonos a la época de filósofos y sofistas, la capacidad de los griegos de interpretar el carácter de las personas mediante variopintos métodos, resultaba un punto a favor en la consideración de sus coetáneos. Aristóteles y Demetrio se aventuraron a afirmar que la escritura tenía mella en la obtención de datos sobre el carácter de una persona, pero no fue hasta el abate francés Juan Hipólito Michón, quien formuló el primer libro enteramente dedicado a la grafología, el cual bautiza esta “ciencia”.
No obstante el interés por la representación escrita ya se adentra en culturas como la Egipcia, donde la caligrafía tenía carácter sagrado, o en el antiguo oriente, donde se le rendía un culto especial. Fue una tarea ardua lograr traducir los sonidos del habla a un lenguaje escrito, y por esto hubo tres etapas fundamentales en la evolución: Pictografía, ideografía y la fonética, sin poderse dar fe de en que país se sucedió cada una de ellas.
Aunque no podemos hablar de un consenso en este tema, no todos opinan que la grafología es una ciencia. Hay otras opiniones que sostienen que se trata de una pseudociencia porque se basa en un pensamiento alegórico y no existe una estandarización, ya que hay escuelas que enseñan un modelo de escritura particular y muy uniforme.
A pesar de las diferentes opiniones existe un cierto acuerdo en determinados aspectos de la escritura para ser analizada: La inclinación de la letra hacia la derecha, así como de las líneas hacia arriba, o las letras redondas, indican pasión y entusiasmo. Hacia la izquierda, las líneas hacia abajo, o las letras con ángulos agudos en cambio, reflejan pesimismo, o un carácter esquivo y violento. Un caso a parte son las letras cuadradas son signo de una personalidad racional.
También se puede hablar de letras individuales como puedan ser la longitud de la “t” minúscula o la cruz superior, que denota las expectativas presentes para consolidarlas. También la “g” es una letra estudiada, ya que el hecho de que parezca un ocho indica buen humor.
Hoy en día la Grafología se puede utilizar en distintos campos de nuestra sociedad. En primer lugar cabe destacar la teoría de la grafología en un sentido amplio, como podría ser cuanto margen superior deja un individuo. En segundo lugar cabe destacar la técnica grafológica, en ella aplicaríamos los aspectos técnicos en el análisis de la grafología: Aspectos teóricos, prácticos y metodológicos, así como la relevancia que puede tener y significar la firma de una persona.
También debemos tener en cuenta la importancia i el reconocimiento de los tests psicológicos como herramienta para descubrir los diversos aspectos que deseamos analizar en un caso clínico. Algunos de ellos serían como interpretar un dibujo, consideraciones sobre un cuestionario desiderativo, el test de la “Persona bajo la lluvia”, semejanzas entre el proceso psicodiagnóstico y el proceso terapéutico…
Entrando ya en aplicaciones concretas de esta ciencia (o pseudociencia) podríamos destacar que la grafología se puede emplear tanto el mundo laboral, siendo esta una aplicación de la grafología tradicional donde se permite seleccionar a quien reúne las mejores condiciones laborales para desarrollar un trabajo determinado tanto desde un punto de vista técnico como de personalidad; como aplicar esta técnica a la grafología infantil (Podríamos analizar la edad mental del niño y su evolución); o la grafología forense, que determina entre otros aspectos el grado de agresividad del individuo, suicidios, aspectos psicológicos. Otras técnicas menos utilizadas de esta variante son la grafología psicosomática (donde podríamos distinguir los rasgos de un paciente entre una neurosis o una psicosis) o la grafología emocional (para averiguar la compatibilidad de caracteres, grafología psicopedagógica).
La grafología es por tanto una disciplina, con una multitud de aplicaciones en una diversidad de campos de trabajo que nada tienen que ver entre sí, ya sea el ejercicio médico, la investigación policial, el campo educativo y la selección de personal según funcionalidad de un puesto de trabajo. Esta variedad de aproximación científica está, sin embargo, debido a las dudas que suscita entre los diferentes círculos científicos que se han creado a su alrededor para comprobación de su validez, en continua revisión y valoración de validez. Esto es lógicamente debido a su carácter casi “esotérico” en según que casos y pocas pruebas tangibles que respalden las deducciones que los expertos afirman conseguir mediante los perfiles humanos que los trazos caligráficos nos ofrecen. Tendrá que pasar mucho tiempo y realizar muchos ensayos científicos de casos control para poder demostrar estadísticamente la fiabilidad de este sistema como solución en todos los campos a los que ofrece un punto de vista, sino de importancia relevante, como mínimo de interés cultural.