Entre junio del año pasado y el mismo mes de 2009, la fabricación de automóviles bajó 39,31%, según reportó la Cámara Automotriz de Venezuela (Cavenez).
Al comparar el rendimiento interanual de la industria, se observa que en iguales períodos ensambló 5.597 automóviles menos, al caer de unas 14.239 unidades armadas en el sexto mes de 2008 a 8.642 en junio pasado.
Los resultados de junio no son un dato aislado. Al cotejar el rendimiento del primer semestre del año se aprecia una contracción de 15,38% con respecto al mismo lapso de 2008. Esta disminución se traduce en 11.407 vehículos menos que saldrán al mercado.
Los conflictos laborales, pero especialmente la dificultad para acceder a las divisas con la tasa de cambio oficial explican la escasa productividad de la industria.
Enrique González, presidente de Cavenez, manifestó la semana pasada en la Asamblea Nacional (AN) que la deuda de las ensambladoras con los proveedores superaba los 3 millardos de dólares debido a los retrasos de Cadivi.
Por esta razón, el pasado 19 de junio se paralizó indefinidamente General Motors de Venezuela (GMV), empresa que representa 50% de la producción local. Aunque la compañía tiene capacidad para producir entre 10 mil y 12 mil autos mensualmente, el reporte de Cavenez indica que GMV apenas produjo 2.552 unidades el mes pasado.
Aunque el Ejecutivo nacional aprobó un presupuesto de 2 millardos de dólares para el sector en el segundo semestre de 2009, los fabricantes desconocen cuándo recibirán las divisas para cancelar la deuda a sus suplidores.
Ante este escenario, algunos han improvisado estrategias para evitar detener sus operaciones. Una fuente ligada a Toyota informó que entre julio y agosto trabajarán al 50% de su capacidad y aún no descartan parar la producción durante una semana del próximo mes.
Igualmente, las filiales de Ford y Chrysler también han reducido sus ritmos de trabajo durante el año para no agotar sus inventarios.