Uno de cada tres profesionales de las empresas en las que se bloquea el acceso a las redes sociales, no solo utiliza estas plataformas en la oficina, sino que, además, “piratea” sus dispositivos de trabajo.
Así se desprende del estudio de la firma de servicios profesionales KPMG ‘Going Social. How businesses are making the most of social media’, que, además, señala que la satisfacción y el compromiso de los profesionales también se ven afectados por el acceso a los medios sociales.
En este sentido, un 63% de los empleados de organizaciones con políticas de uso de medios sociales afirma estar muy contento en su trabajo, frente al 41% de los que tienen el acceso restringido.
El informe también revela que las empresas que restringen el acceso a los medios sociales podrían estar luchando en una batalla perdida de antemano.
Según Jose Ramon Vega, director de Tecnología, Media y Telecomunicaciones de KPMG en España, “sería ingenuo por parte de los directivos creer que restringir el acceso evita que los empleados utilicen las redes sociales. De hecho, el estudio afirma que al restringir o bloquear el acceso, muchos empleados utilizan sus dispositivos personales que, a menudo, son menos seguros y no están sujetos a ningún tipo de supervisión”.
Por estas razones, una mayoría de las organizaciones ha optado por desarrollar una política específica o ha implantado algún sistema informal para que los empleados puedan usar los medios sociales. Asimismo, el informe de KPMG afirma que más de la mitad de las empresas ofrece formación específica a sus empleados sobre los medios sociales, y un 62% cuenta con una política específica a este respecto.
Supervisión por parte de las empresas
Por otro lado, muchos empleados no son conscientes de que el uso de los medios sociales puede ser supervisado cuando utilizan los dispositivos de la oficina. Si bien casi el 60% de los directivos asegura que su organización supervisa el uso de los medios sociales, solo el 40% de los empleados parece ser conscientes de este dato.
Celso García Granda, socio responsable de Tecnología, Media y Telecomunicaciones de KPMG en España, afirma que “las políticas claras, prácticas y concisas respaldadas por una formación adecuada deberían ser una prioridad para las empresas. De esta forma, sus empleados contarán con la confianza para mostrarse activos en los medios sociales y al mismo tiempo se reduce el riesgo al conocer sus limitaciones”.