SANTIAGO. Los funcionarios públicos chilenos realizaron este miércoles una huelga para exigir un reajuste salarial del 8,9%, en vez del 3,7% propuesto por el gobierno, y para reclamar el fin de los despidos que a su juicio se produjeron tras el cambio de ejecutivo.
"El paro tuvo una adhesión del 95% a nivel nacional. Reclamamos por un reajuste del 8,9% y para que se detengan los despidos", dijo a la AFP el portavoz de la Agrupación Nacional de Empleados Fiscales (ANEF), Claudio Pérez.
El paro movilizó a los funcionarios de los ministerios, aduanas, el sector sanitario, educativo, los empleados de los municipios y a los trabajadores del Registro Civil, muchos de los cuales participaron en marchas en las principales ciudades del país.
En Santiago, la movilización convocó a unos 15.000 trabajadores.
La ANEF convocó al paro nacional, que según su presidente, Raúl de la Puente, "no es contra la ciudadanía, sino para luchar por los derechos al trabajo y a un reajuste digno". "Si, como dijo el ministro de Hacienda (Felipe Larraín), estamos en un círculo virtuoso, con baja inflación y alto crecimiento, ese crecimiento también debe llegar a los trabajadores, para que recuperen el poder adquisitivo", dijo de la Puente.
Esta es la tercera movilización de los empleados públicos desde que Sebastián Piñera, un multimillonario empresario que llevó a la derecha chilena al poder después de medio siglo, asumió la presidencia, en marzo pasado.
En 2009, los empleados públicos solicitaron un reajuste salarial del 8% y ante la oferta del gobierno del 2,5%, iniciaron un paro nacional. La huelga se depuso tras llegar a un acuerdo de incremento del 4,5%, el más alto en términos reales en dos décadas.