HELSINKI, Finlandia. Cerca de 800 pilotos de la aerolínea finlandesa Finnair iniciaron hoy una huelga que ha supuesto la cancelación de 215 vuelos nacionales e internacionales y ha afectado a más de 15.000 pasajeros.
La huelga comenzó después de que los responsables de Finnair y el sindicato finlandés de pilotos de aerolíneas (SLL) fueran incapaces de alcanzar un acuerdo para renovar el convenio colectivo tras meses de negociaciones.
Los representantes sindicales de los pilotos rechazaron por tercera vez el pasado sábado una propuesta del Conciliador del Estado, Esa Lonka, quien trató sin éxito de solucionar el conflicto laboral para evitar la huelga.
Según el sindicato SLL, los pilotos están dispuestos a aceptar el recorte salarial que propone Finnair para mejorar la rentabilidad de la compañía, pero se niegan a los planes de la aerolínea de alquilar varios de sus aviones a empresas de la competencia por considerarlo una forma encubierta de deslocalización.
"No podemos dar carta blanca a la compañía para que utilice una fuerza laboral externa, mientras buena parte de sus propios pilotos sufre expedientes de regulación temporales", declaró el líder del sindicato SLL Kristian Rintala a la agencia STT.
Por su parte, los responsables de Finnair criticaron a los pilotos por querer inmiscuirse en la gestión de la compañía y por ser el único colectivo que no ha aceptado las propuestas de recorte de costes de la dirección.
"Esta huelga anula todos los ahorros logrados con gran trabajo por los demás grupos de empleados. Ahora nos vemos forzados a encontrar nuevas soluciones para garantizar el futuro de la empresa", afirmó en un comunicado Anssi Komulainen, directora de Recursos Humanos de Finnair.
La aerolínea finlandesa acumula ya cinco trimestres consecutivos arrastrando pérdidas, una situación que llevó a su presidente y consejero delegado, Jukka Hienonen, a presentar su dimisión el pasado agosto.
La compañía está inmersa en un plan reestructuración con el que pretende ahorrar 100 millones de euros anuales, la mitad de ellos mediante un recorte de personal.
Ese plan ha supuesto el despido de unos 600 trabajadores y la aplicación de expedientes temporales de regulación a otros 6.000 empleados