La escalada inflacionaria que se percibe con mayor fuerza en el interior del país, ya licuó los incrementos salariales, y determinó que los sindicatos que aglutinan a los empleados mercantiles del NEA soliciten en conjunto un nuevo aumento salarial.
Ante esta situación resolvieron enviar un petitorio a la Federación de Empleados de Comercio y Servicios (Faecys) que conduce Eduardo Cavalieri, para que entablen un diálogo urgente.
Resulta que cuando se negoció el incremento salarial, fijaron que hasta abril del año que viene no se volvería a tocar el tema, pero no estaba prevista la crisis que estalló cuando la Nación anunció el aumento de las retenciones.
Desde el 10 de marzo a la fecha los aumentos de precio de los alimentos no pararon, llegando a niveles extraordinarios e impensados, más cuando hay suficientes granos para abastecer el mercado.
La pérdida del poder adquisitivo de los salarios de los mercantiles no es la única preocupación de los sindicatos de la región, también temen que haya suspensiones masivas en caso que no cambie el abastecimiento.
Al haber menos para vender, cae la actividad, que a su vez provoca que los costos operativos no puedan saldarse con las operaciones diarias. En este panorama oscuro, el empresario tiene pocas posibilidades para subsistir y deberá definir si mantiene la misma planta de personal o suspende.
Si bien no fue el caso del comercio, el año pasado muchas actividades optaron por suspender personal hasta recuperar niveles de actividad que le permitan hacerse cargo de la misma cantidad de empleados.
El peligro está latente en toda la actividad que sufre inmediatamente las consecuencias de la recesión, quizás mucho más que otras cadenas. El enfriamiento de la economía es notable en el interior, donde en muchas localidades las cadenas de pago están cortadas por la crisis del campo con el gobierno.
Los gremialistas esperan que a nivel nacional pueda encontrarse una salida a la crisis que se desdobla en pérdida del poder adquisitivo y peligro de suspensiones en forma masiva.